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Te envío un vendabal de plata y rosas,
para soñar despiertos
en las cuevas del mundo,
en crepúsculos blancos de cristal.
Te ofrezco un cáliz áureo
con bebidas sagradas, ancestrales,
que atraviesan galaxias imposibles,
para tejer la piel de nuestra sombra.
Me regalas un tiempo de violetas
raptado de la luz de los océanos,
arrebatado a dioses abisales.
Me entregas el caudal de tu secreto,
apartado en los vórtices mistéricos
que saben del enigma de mi vientre.
Nos entregamos néctar de la diosa
con pétalos de lirio y de geranio,
en las grutas ocultas de la Tierra.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Precioso Ana,qué bonito lo escribes!!
Un beso
Estrella, me encanta verte por mi blog.
Un beso
Ana
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