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El deseo se escribe
con la caligrafía de la luna,
con letras adornadas con tus besos
y vocales de labios que te buscan
en las noches tan ávidas
de tus abrazos locos y sonámbulos.
Mis jadeos perturban el vacío
y tu mirada rasga el infinito,
para soñarnos juntos en los púlsares
atravesando mundos impensados.
Tus manos me acarician
en la penumbra muda y melancólica,
mientras la lluvia cae sin más preguntas
y contemplamos solos
las aceras de calles y de plazas,
sabiendo que la luz se hace perfume.
Mis dedos te recuerdan que estás vivo
y te marcan la piel con la saliva
que te persigue siempre, a todas horas,
aunque yo no te llame por teléfono.
Tu cuerpo me contiene
en el frío de otoño sin traiciones
y me lleva al umbral de los olvidos;
me permite ser hembra de Neptuno
y sentir que eres hombre de Plutón.
Mis párpados descubren la distancia
de los días pausados y nostálgicos
en los segundos ávidos de ti,
en los minutos lúdicos contigo.
Y tu piel se confunde con el aire,
para buscar mi vientre de nereida
como diosa del viento y del granizo
adherida a tus iris de dios griego.
Ana Muela Sopeña
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6 comentarios:
Hermosísimo canto, Ana. Es grande, sensible: bello.
Un abrazo, nereida del norte.
Perfecto.
Muy mitológico y amoroso este poema, Ana.
Un placer leerte =)
Te dejo un abrazo!
hola !!
me encontre tu blogg y me encantoo sigue asi muy original
visita mi blogg
espero que te guste como ami me gusto el tuyo el mio es una historiiaa no te vas arrepentir
http://seunikooangie.blogspot.com/
Gracias, Perfecto, por leerme y dejarme tu huella entre mis versos.
Un abrazo
Ana
Gracias, Anna.
Un besito
Ana
Gracias, Angiie. Visitaré tu blog, sí.
Un beso
Ana
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