domingo, 3 de octubre de 2010

HIJOS DE LA BRUMA

*
A veces la belleza me diluye
en tu mundo de sombras
y siento que la noche es una rosa
envuelta en su misterio y su perfume.

El mundo en la distancia que nos nutre
se compone de cosas
que nos atrapan siempre como boas
en imposibles aguas de las nubes.

El instinto de arena que nos ama
se adhiere a nuestro sueño
y nos hace ser hijos de la bruma.

Las galaxias azules nos amparan
con todos su silencios,
en crepúsculos suaves de penumbra.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

perfecto herrera ramos dijo...

Interesante este poema por su ritmo y el exquisito engarce de las palabras.
Bellísimo

Besos

Ana Muela Sopeña dijo...

Me alegra, Perfecto, que te guste este soneto asonante.

Un abrazo
Ana