*
Avanzas por el laberinto de la niebla
y te sumerges suavemente
en un lago con agua
de malaquita.
Abandonas lo inservible,
te liberas de mundos estresantes
y te escondes con ramas de los árboles
buscando los silencios del ensueño.
Desciendes por la encrucijada de las rosas
y te inundas en la luz
de piedras que relucen como el sol,
en visiones de pétalos desnudos.
Ana Muela Sopeña
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