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Hablemos de las cosas que nos gustan
para inundar el mundo de belleza.
Sedúceme en el tiempo del crepúsculo
pronunciando las sílabas atávicas.
Hechízame con ramas de abedul
con sortilegios dulces y ancestrales.
Dame tu bebedizo del amor
para ser tu conjuro en el ensueño.
Átame a tu pasión de las edades
en nuestro espacio propio sin secretos.
Toma mi instinto lívido de sombra
que mana de los clanes prehistóricos.
Te sumerjo en rincones invisibles
donde no existen lágrimas ni penas.
Te entrego la visión del cuántum puro
entre púlsares blancos.
Te obsequio con la alquimia más antigua
con símbolos ocultos y mistéricos
como la salamandra y el azufre,
el mercurio o la sal del iniciado.
Dilúyete en mi vientre del océano
donde todo es de luz y sin doblez,
para que tú renazcas cada día.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Hola Ana:
He recalado en tus versos y los he disfrutado mucho. Me gusta mucho como escribes. Un abrazo:
Tadeo
José, es una alegría verte entre mis versos.
Un abrazo grande
Ana
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