viernes, 19 de noviembre de 2010

NOCHE EN EL RESIDENCE

*
A los amig@s de Noche Poética

La música de un piano
como fondo sublime a las palabras.

La emoción compartida por las sílabas,
humo de cigarrillos y recuerdos
el instinto poético flotando
entre sillas y vasos de cerveza.

Los amigos deliran con los versos
sabiendo que la vida sólo es luna
que sale de cavernas intimistas
y se torna presagio de futuro,
para exorcizar todo el pasado
con el eco disperso de la voz.

Una unión creadora en el silencio
a través de sonrisas y de guiños
que conectan las mentes con las almas
del niño que hace tiempo se nos fue.

El regreso a la infancia sobre estrofas
recitando ante el micro de otro mundo
que genera otro mundo sobre el círculo
de todos los adeptos a la musa.

Se elabora un reloj de magia y rito
con minutos robados a la rueda
que nos marca sin pausa, en la desidia,
la gran desolación en el vacío.

Una puerta distinta para todos,
para sobrevivir sobre la cuerda
como funambulistas de naufragios
con los verbos cargados de visiones.

Los aplausos sumidos en el frío
que nos integran siempre con teatros
y estirpes consagradas
a diosas escondidas en los sauces.

Al final, en la esfera protectora,
la voz de un blues directo que nos guarda
de la infinita marca solitaria

y abrazos sobre calles conocidas
para soñar desnudos con poemas
que sean como cunas en invierno.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Rossana Hasson Arellano dijo...

Y desde el hueco abierto de las almas
se dibujaron danzas y arabescos
recorriendo al instinto un sentimiento
cuando se va haciendo eco en los adentros.

Rossana

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Rossana...

Muy bellos tus versos
Un abrazo
Ana