domingo, 26 de diciembre de 2010

AQUELLA HISTORIA VIRTUAL

*
Se amaban en e-mails de fuego ardiente,
en espejos de sombras adheridos a mundos invisibles.

Recorrieron lugares escondidos
con la imaginación de las visiones.

Jamás pudieron ser uno en la piel,
la historia transcurrió tan sólo en éter.

Y al final del camino
todo se desvaneció bajo la niebla,
quedando entre los sueños del instinto
aquel brumario tenue
del año dos mil ocho.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Manuel dijo...

Qien no conoce la fuerza del amor, no conoce la luz ni su energía.

De aquel éter visionario, de aquel fuego, de aquellos laberintos transitados por la lluvia, desanduve yo mis pasos con huellas invisibles en la bruma.

Y tan sólo fue el viento, el único testigo de mis amaneceres.

Un poema que extrae de los misterios de lo antiguo, tanto lo virtual, como lo que hace tangible a la sombra, meiga.

Y mágico y precioso, a pesar de sus imágenes de ausencia.


Un beso
Manuel

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Manuel, por leerme.

Un abrazo
Ana