domingo, 5 de diciembre de 2010

AUNQUE HABITE EN EL EXILIO

*
A Rafael de León

En el beso de la noche
he visto el tiempo desnudo,
ataviado con la luna
sumergida bajo el humo.

Por la vereda de rosas
contemplo el ojo de un búho
que me mira fijamente
mientras sueño en otros mundos.

En el balcón de la niebla
hay un pájaro que canta,
para expresar su alegría
cuando sobreviene el alba.

Entre las sombras de bruma
te recuerdo sin palabras
mientras susurras mi nombre
y te envuelve la esperanza.

En la penumbra dormida
mi corazón ahora es tuyo
y tú no olvidas mi piel
enjaulada entre los muros.

A la hora del crepúsculo
tu ser entero ya es mío
y yo te pronuncio siempre,
aunque habite en el exilio.


Ana Muela Sopeña

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