*
Clandestinos subimos ascensores
y entramos en las casas de los sueños,
para abrazarnos siempre entre las sombras.
Respiramos despacio
sobre alfombras de ánforas y flores.
El silencio dormido en nuestra piel
la belleza del roce más sutil,
mientras en el reloj la hora apremia.
Sumergidos en mundos de visiones
nos quitamos el miedo
con los labios jugando al escondite.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Esto es un fogonazo de inspiración y acierto, Ana. Enhorabuena por esta belleza.
Salud.
Gracias, Julio, me alegra mucho que este poema te haya gustado.
Un abrazo
Ana
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