domingo, 12 de diciembre de 2010

CURIOSAS PARADOJAS

*
Los amantes no saben de distancias,
en las pausas se miran sin tocarse
y el tiempo se convierte en un aliado de la luna.

Los esposos se acercan y se tocan,
pero cuando el reloj y el calendario
atacan por la espalda
esa proximidad es una muerte
que los coloca al borde de los hielos
o los separa al infinito.

Los amantes desean ser esposos,
los esposos desean ser amantes,

en esta rueda vamos
girando como nubes en invierno.

La ecuación sólo tiene dos incógnitas.

La solución existe,
pero se encuentra fría
en la escarcha del jardín.


Ana Muela Sopeña

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