jueves, 16 de diciembre de 2010

LA GRIETA

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.....Aquel hombre tenía una grieta en el rostro por donde se filtraba todo el dolor del mundo conocido. Se filtraban los mares con sus olas, los vientres de mujeres deprimidas, los niños extraviados en la niebla, los nombres de las cosas con sus lágrimas. La grieta de su rostro palpitaba, como sístole y diástole, en un lugar prendido a las visiones. Un día se miró en un gran espejo y ya no había grieta en su rostro de arena. El rostro era un desierto y allí no había nadie, sólo arena. Preocupado gritó a todas las mujeres, a los niños perdidos, a los nombres de todo. Sólo escuchó el silencio y entonces prefirió perseguir a la grieta desde el sueño, mientras la sombra fría lo inundaba con ecos para siempre.
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Ana Muela Sopeña

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