*
A veces los más próximos
parecen extraños.
Otras, la gente desconocida
toca nuestra alma
y parece realmente cercana.
Es curioso cómo la intimidad
no se acrecienta con el tiempo.
El tiempo genera familiaridad
y con ello (he ahí la paradoja)
distancia.
Para sentir cercanía hace falta misterio.
Donde hay familiaridad la intimidad se esfuma.
Es algo extraño, pero es así.
Ana Muela Sopeña
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