viernes, 17 de diciembre de 2010

MI SOLEDAD COMO REHÉN

*
Los espejos de niebla
toman mi soledad como rehén.
En ellos va habitando mi delirio
entre palabras ávidas de luz.

Sobre los arabescos del destino
a contradanza viven estas letras
de sombra y de deseo.

Una expresión oculta se confunde
con trenes muy lejanos que se acercan
a estaciones en penumbra.

La ciudad me consuela por las noches
con farolas de bruma.

Contemplo en la distancia
una lluvia salada
que restaura en mi memoria
la imagen del hogar.

He perdido el rincón de los recuerdos,
el cúmulo de amor,
los archivos del tiempo
que me dicen quién soy en sueños de éter.

No existe identidad
más allá del poema.

Tan sólo reconozco entre los versos
que salgo de la nada.

Tan sólo reconozco por las sílabas
que mi nombre resuena con el eco.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Manuel dijo...

Mei - gaaa

También resuenan más alllá del entorno de tu nombre palabras nunca escritas, instantes por venir donde la soledad tan sólo es testimonio mudo de la voz, tu voz, de poeta y mujer, un ángel de luz con el alma extravíada, una lágrima vertida en un laberinto de lluvia que pugna por salir, airosa, al mundo de las letras sin tristeza.

No hay espejos de niebla, querida Ana, sólo algo de sombra cuando el tiempo nos contempla esperando un bello amanecer.

Un abrazo grande
Manuel

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Manuel.

Un abrazo
Ana