jueves, 2 de diciembre de 2010

UN DICCIONARIO OCULTO

*
Él quería tenerla para siempre,
como un bien intangible
en su cuenta corriente de emociones.

Pero la esencia de ella era invisible
y sólo con el alma de los días
podía contemplarse en el crepúsculo.

Él escapaba en noches de perfidia
por los acantilados, con caimanes,
y soñaba con pubs llenos de ojos
que lo mirasen llenos de avidez.

Y su espíritu antiguo dominaba
la emoción del desastre emocional.

Ella se sustentaba con el aire
y las palabras ebrias
de un diccionario oculto entre las piedras.

Él nadaba en conflictos de la luna
y sonámbulo iba por las calles
hacia lugares siempre diferentes.

Ella buscaba un mundo
de abrazos compartidos junto al fuego.

Él sólo se sentía estimulado
cuando entre los relojes y las horas
un vigilante estricto lo miraba.

Ella dormía en nubes de algodón
esperando el instinto de la niebla,
para ser una más con las galaxias.

Él quería ser dueño del sistema
solar y sus planetas vigorosos
y contaba en su ábaco de bruma
las semanas del año.

Había sincronía entre las aguas,
pero el tiempo era incierto
y el umbral de las dudas
era como compuerta hacia el gran no.

En otros universos
la respuesta era sí frente al gran no.
En mundos paralelos de otro espacio
y otro tiempo innombrable
la virtud de la vida iba creciendo.

Pero esos universos eran ahora
lejanos como vórtices de ensueño
adheridos a campos sin raíces.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

Ío dijo...

Magnífico, Ana; las dos primeras estrofas me parecen bellísimas, todo el poema lo es.

Me encantó encontrarte entre mis versos, gracias, Poeta.

Te dejo un abrazo y besos en tus noches de galaxias y agua.

Ío

Ana Muela Sopeña dijo...

Ío, me encantó tu blog. Es un honor y una alegría verte entre mis versos.

Un beso muy grande
Ana

Unknown dijo...

Un entorno que te he visto poetizar otras veces, Ana. Consigues transportar al lector a otros mundos, y eso vale mucho. Me encantó el poema.

Un abrazo.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Juan, me alegra mucho que el poema te guste.

Un abrazo
Ana