viernes, 30 de abril de 2010


TANTO SE ARRASTRA EL SOL

*
Tanto se arrastra el sol por la tristeza
como la luna baila en la alegria.
Los contrarios se unen en los cielos
como pareja alquímica.


Ana Muela Sopeña

COLLAGE DE LA TRISTEZA

*
Vendrás a verme al collage de la tristeza,
cuando no quede nada tras las sombras
de la verdad desnuda
y yo te elevaré por el camino
hacia la luz del sur, junto a un ciprés.

Iré a visitarte a tu nostalgia
sumergida en la rosa del estío,
en un tiempo de pétalos de agua
y tú
descenderás contento por mis grutas
de rocas escarpadas
en la oscuridad del sueño azul.

Nos encontraremos en la vía
que separa las nubes del exilio.


Ana Muela Sopeña

NOCHE CERRADA

*
Noche cerrada,
en mi rosa sonámbula.
Sueña conmigo.


Ana Muela Sopeña

INVISIBLE LA MANO QUE GOLPEA

*
A Víktor Gómez, a propósito de su poemario "Los barrios invisibles"

Invisible la mano que golpea
en nuestro centro suave de memoria,
donde no existe
un punto equidistante
con la justicia
de la historia.

Inexistente el ruido de los sauces
en los ojos de un niño en su orfandad.

Los nadies se presentan por las calles
para vengar la infamia de las horas.

Espirales sin título ni nombre
nos obligan a ser algo más cautos
con la mirada al exterior.


Ana Muela Sopeña


*****

Para leer el poemario de Víktor Gómez "Los barrios invisibles"
haz click aquí:

http://www.nodo50.org/mlrs/Biblioteca/gomez/barrios.pdf

LA OTRA

*
La otra
me espía entre visillos
y me sigue
por corredores de misterio,
donde la sombra invade las estancias.

La otra me vigila por las noches
y me dicta al oído las palabras
inmersas en los baños de silencio.

La otra está esperando mi derrota
o mi triunfo en los carros del instinto.

Y yo espío a la otra
bajo el agua de luz y geometría.

La vigilo en las jaulas del secreto,
para soñar que ampara
la errante maravilla de estar viva.


Ana Muela Sopeña

OCULTA EN LA LUZ

*
Oculta en la luz
llegaré a tu paisaje desolado
y rozaré tu aura con mis alas,
como un ángel caído en esta Tierra.

Susurraré las claves
del inicio de todo,
para que resurjas de la nada
y transformes cenizas en los mundos
anclados en anillos de creación.

Escondida en la arena más atávica
te dictaré las frases al oído,
para que salgas pronto del marasmo
liberándote del libro de la sombra.

Envuelta en el silencio
de los portales de la luz
te haré mirar estrellas sin las máscaras:
Altair, Vega y Alioth,
Aldebarán y Sirio, Unukalhai.

Pasearemos juntos
por los caminos siderales
de las constelaciones de la noche:
Orión, Osa Mayor, Osa Menor,
Andrómeda y las Pléyades.

Las sílabas grabadas en las células
de los pulsos galácticos
nos inspirarán hacia los cuásares
en la mutación de nuestra especie.


Ana Muela Sopeña

jueves, 29 de abril de 2010


LEAMOS A VERLAINE

*
A Pere Bessó, aliado en la palabra

En la noche leamos a Verlaine,
para volar despacio entre los pulsos
de tiempo sugerido por el pánico.

Recorramos los versos de Rimbaud,
para soñar con mundos diferentes
y traer las palabras del exilio.

Miremos las metáforas de Rilke
regresando a una infancia entre cerezos.

Admiremos a Shakespeare,
con sus sonetos clásicos del alba.

Disfrutemos de Poe caminando
por las rutas serenas de ebriedad.

Contemplemos los gatos
de Baudelaire, oscuro, en su espejismo.

Amemos a la diosa
blanca como la nieve del invierno.

Bebamos de la copa de Pizarnik,
para sobrevivir en versos yámbicos.

Viajemos sin demora a bibliotecas
de Babel en la luz de las edades.


Ana Muela Sopeña

TE NOMBRO

*
Te nombro en el silencio de la piedra,
para resucitar en la palabra.

Te nombro en la noche más atávica
con tus ojos traslúcidos de mar.

Deletreo tus letras sobre el fuego
que posee mi vientre sumergido
en la memoria de la diosa.

Me nombras con las sílabas de nieve,
con el deseo puro, sin disfraces,
desde la hora mágica del círculo
que se abre a los secretos de la vida.

Me nombras sin las máscaras, desnudo,
a través del espejo de cristal,
donde me ves como ave del paraíso.

Deletreas mis sílabas de arena
y me soplas sin prisa, delicado,
mientras silbas canciones de lo oscuro,
para que te acaricie entre dos biombos.

Nos nombramos sin tiempo, sin relojes,
vestidos con enigmas de los cuásares,
esperando los códigos del viento.

Deletreamos juntos las vocales
para crear un mundo incandescente
de belleza tranquila y melancólica.

Pulsamos consonantes como claves
de perdidos umbrales,
en la ciudad invisible.

Penetramos por huecos, entre púlsares,
para acceder a puertas estelares
conectando con vórtices de niebla
y el Aleph protector.

Allí tú con tus números de bruma
y yo con mi alfabeto de los árboles
seducimos al paso de las eras.

Creamos el latido primigenio
con pétalos de lirios subterráneos
que protegen nuestra alma del destierro.


Ana Muela Sopeña

SHHHHHH, ES YA MUY TARDE

*
Susúrrame despacio las palabras
que nos abren los cofres del silencio,
para soñar desnudos con el otro.

Abrázame en la noche
del delirio,
sonámbulo
con rosas de belleza,
en los espejos áureos
de la herida.

Ampárame en tus brazos protectores
mientras tu piel me inspira versos sáficos,
ataviados con túnicas de seda.

Procura que las sombras no me invadan,
para
que
pueda
estar
en
tu
guarida
de tu mano en un mundo de pasiones.

Es ya muy tarde, amor, vuela conmigo
por horizontes suaves, con las algas.

Shhhhhh,
el tiempo se consagra a la visión
con la estrella de luz en el olvido.

Tus dedos me recorren por espacios
de galaxias perdidas sin un rumbo.

El agua del océano vibrante
me lleva a tu caverna
de recuerdos,
para ensoñar contigo
desde el vértigo.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 28 de abril de 2010


APUNTES DE MADERA

*
Apuntes de madera
en la piel del exilio,
suave como el invierno en los cristales.

La tinta solitaria
lúdica entre el oculto barro frío,
capaz de sentir miedo entre las rosas.

Un búho en la distancia
con la luna se va hacia su guarida.
Al principio el instinto sobrecoge,
pero luego las rutas se hacen fáciles.


Ana Muela Sopeña

HAY VIDAS

*
Hay vidas que se tejen
con lo sórdido
en paneles de arena.

Hay vidas que se elevan
hacia la luz de un mundo surreal.

Hay vidas que son siempre misteriosas
envueltas en sus velos enigmáticos,
avanzando hacia grutas
y huyendo de los círculos del tiempo.


Ana Muela Sopeña

EL SONIDO FRAGUA UN MUNDO

*
En la noche el sonido fragua un mundo
de soledad perdida en la distancia,
con farolas que abren
los abismos
al humo de los coches.

El tono de las horas se hace extraño
en calles de silencio.

La luz tiembla en delirio
con relojes sagrados del futuro.


Ana Muela Sopeña

martes, 27 de abril de 2010


AL AZAR

*
Él buscaba conocerla en el secreto,
perseguía su rostro
desdibujado en sueños subterráneos.

Perseguía ese cuerpo sumergido
en el agua del mundo.

Una mujer en sombras se acercó
le susurró al oído unas palabras
y él amedrentado
se marchó a las orillas de la nada.

Ella buscaba conocerlo en el enigma,
cabalgó por los campos del destierro
se enamoró de hombres imposibles.

Un día lo encontró casi al azar,
mas vivía en Urano y ella aquí,
en un suave paraje de la Antártida.


Ana Muela Sopeña

VISIÓN DE LUNAS

*
Una mujer de niebla
seduce a las auroras.
Visión de lunas.


Ana Muela Sopeña

OROGRAFÍA DE TU NOMBRE

*
La orografía de tu nombre
me lleva por lugares
donde no existen la sombra ni la prisa.
Son espacios abiertos al destino
con partículas nuevas
que cambian con los rayos
y con las frecuencias estelares.

Cada letra es un mundo
habitado por duendes invisibles
que me dictan poemas al oído.

La orografía de tu nombre
es el instinto lúdico
de mi piel consagrada a tus mareas.

Las sílabas son calles de temblor
donde hay latidos llenos de esperanza.

La orografía de tu nombre
me pierde por abismos informales,
donde el deseo y la lujuria
ensayan los comienzos
de una obra teatral
sugerida por el alba.

El sonido de todas las palabras
que conforman tu nombre y apellidos
suplanta en mis raíces el origen
de un antiguo universo.

Te has convertido en puerta hacia el Aleph,
por eso te persigo sin descanso
aunque nunca te vea.


Ana Muela Sopeña

HAY QUE SEGUIR

*
Pero hay que seguir.
Seguir aunque la nada sea lluvia,
seguir aunque la gente no nos hable,
seguir aunque el instante sea sórdido,
seguir aunque a los hielos nos arrojen.

Y no mirar atrás aunque nos pisen
y seguir avanzando,
a pesar de la bruma melancólica
y de los muros fríos que nos frenan.

Seguir aunque la noche sea larga,
seguir aunque el futuro sea incierto,
seguir porque la vida sólo es eso,
seguir cuando nos place y nos complace
y seguir cuando hiere
y nos tira y nos vence y nos golpea.

Seguir y levantarnos y seguir,

para encontrar de nuevo
el tiempo lúdico
de la rosa danzando en la bahía
en los ojos de un mundo seductor.


Ana Muela Sopeña

lunes, 26 de abril de 2010


RESIDENCIAS

*
Los cuerpos ya gastados por el tiempo
se adormecen en sillas semioscuras,
mientras un sol radiante y generoso
todavía requiere que estén vivos.

Es extraño que todo sea sórdido
en
los
salones
lentos
del
olvido,
soñando con la historia laberíntica
que ya va disolviéndose en la arena.

Un mundo de pasiones
se esfuma en las miradas extraviadas
que deambulan por rutas imposibles,
mientras los familiares
se desentienden fríos
y dejan de tener la prioridad
de estos seres que un día dieron todo.

Me pregunto si somos sólo humanos
o vamos en camino hacia el robot
capaz de suprimir todo lo viejo
como archivos o bits que ya no sirven.

En una residencia contemplamos
la larga sucesión
del drama contenido y silencioso
que vamos recreando a cada instante.

En esa soledad irreverente
estamos cuestionados todos juntos,
por ser espejo extraño pero nítido
del egoísmo cruel, severo y diáfano
que nos convierte en cómplices
del abandono cierto a la eutanasia,
porque la muerte empieza siendo nadie
y los nadies que pierden hasta el nombre
se diluyen en campos de exterminio.


Ana Muela Sopeña

UMBRALES VACÍOS

*
Las sombras me recuerdan que la historia
invade el territorio de la noche
con la lluvia silente y melancólica,
en la ciudad sonámbula.

En umbrales vacíos
los hombres solitarios se entretejen
con las farolas lánguidas

y semáforos fríos que respiran
el aire de los gatos callejeros.

Las mujeres cabalgan sobre heridas
ocultas en las plazas de silencio
y se arrastran desnudas
por huecos de temor en los portales.

La oscuridad inunda la nostalgia
de los entes perdidos
que nos miran sin máscaras
desde otra dimensión de la experiencia.

El misterio se esfuma en las aceras
mientras la bruma avanza sin un límite
por nuestra piel que busca el tacto cálido
de alguien definido con un nombre.


Ana Muela Sopeña

domingo, 25 de abril de 2010


HOY ES MI CUMPLEAÑOS

*
Hoy es mi cumpleaños. Si alguien quiere dejarme un Haiku, un verso o un poema estaré encantada.

Un año para renovar las ilusiones, para comenzar de nuevo, para olvidar todo lo malo y dar valor a todo lo positivo. Un año para reinventar el mundo con la poesía y dar las gracias a todas las personas queridas que me rodean.

Especialmente quiero dar las gracias a mis amigas Rosalía Linde, Concha González Nieto, Rosa Iglesias, Rossana Arellano, Marisa León, Carmen Parra, María García Romero, Elisa Golott; a mis amigos Pere Bessó, Manuel Martínez Barcia, Julián Borao, Julio González Alonso, Perfecto Herrera, Fernando Sabido, Miguel Íñiguez, Víktor Gómez Ferrer, André Cruchaga, Pedro Péglez. Todos llevan la pasión de la palabra en sus venas. Doy las gracias a otros que no nombro, pero que también están en mi corazón.

Doy las gracias también a quien me inspira a todas horas...

y a Eduardo Apodaca que aunque ya no está entre nosotros me custodia desde su estrella.

Gracias
Un beso de luz
Ana


*
*****
*
LA BENDICIÓN DE GAIA

Cuna de caracolas,
música en sus oídos,
armonía, belleza
en la casa, en el aire;

y un paisaje creado
por Dios, para su alma.

Ella calla y observa
con dulce complacencia:
-El augur de los cielos
le ha mostrado su carta-
sabe que todo es
adorno de sí misma.

María García Romero

*****

Agua en un soplo
vida, fuego y mañana
dulce del cielo.

Rossana Arellano

*****

CONTRAPUNTO EN EL JARDÍN

La mariposa florece
posando en la buganvilia
y la flor lila se afilia
al ala que la estremece.
La mariposa se mece
ajena de su vigilia
y la flor lila se exilia
del tono que la enrojece:
palidece, palidece
de rubor la buganvilia.

Péglez

*****

FELICIDADES QUERIDA AMIGA


Escribo mis versos hoy para ti
En que los astros elogian el día que naciste
Tus ojos que a la sazón miraban inquietos,
hoy abrazan el universo
Y extiendes tus brazos que se alargan desde lo ancho y lo alto
Para regalar aprecio
por eso….
Desde la lejanía
Pero con corazón abierto
Te felicito amiga mía
Mi amistad te canta como jilguero
Seguro que silbará a tu oído una nube de sueños
Envueltos…. en viento de sentimiento


Felicidades Ana


Stella


*****

Mujer, guardiana de la tierra
en sus esferas, guardiana de laberintos

en los deseos, sueño estelar
floral juego, vuelo de hilanderas
el pálpito de una lluvia muy cercana.


Miguel Íñiguez


*****
NIÑA (para Ana Muela S.)

Te he traído algodones de dulce y caramelos,
una cesta de flores de mil colores,
una cajita de música para alegrar tus días,
un peine de nácar para arreglar tu pelo.

Traigo risas de niños felices
y manos para hacer una ronda.
Chocolate caliente para tus noches frías,
una almohada de espuma para reposar tus noches.

Traigo letras doradas para que compongas tus versos,
voces celestiales para que las recites.
Una mecedora para descansar lo andado.

Mi amistad...Por siempre.


Elisa Golott


*****

Espérame en el mar amiga
yo te espero en tus estrellas
junto al viento que se arremolina.

Y tú difuminada en el círculo
el círculo en el Sol, en la Luna
en tu primavera eterna donde floreces.

Anidas en tu templo de palabras
madurando, creciendo hacia el Universo
fundiendo sueños y aromas

libando la visión de un verso.


Felicidades ninfa de las estrellas.

Marisa León

*****

Con las palabras, Ana
Un año parió un verso
Un año creó diez
Un año alumbró cien
Un año engendró mil

Con todos sus años
Fecundó los desiertos
Con oasis de poesías


Felicidades
Nando

(Fernando Sabido)


*****

Querida amiga
vestida de galaxias
Ana Sopeña

Un abrazo fuerte

Carlos Medina


*****

Este domingo es eco de la luz
que se distingue abierta en tu palabra.
Eres mujer y verso,
eres sonrisa que se proclama en ti
y que te celebra
mientras tu nombre acierto
a pronunciar
(improvisada magia
que te envuelve
junto al feliz encanto
de un abrazo).

Felicidades, Ana.


Julián Borao


*****
sigue volando,
pájaro flor, encanto
de la poesía

suerte de bosque,
toda estación anida,
destino en trance.

Felicidades

André Cruchaga


*****

Anna:
Un estel per a tu, companya.
Pere


*****

Gracias, Maria García Romero, Pedro Péglez, Carmen Parra, Miguel Íñiguez, Elisa Golott, Marisa León, Fernando Sabido, Carlos Medina, Julián Borao, André Cruchaga y Pere Bessó por regalarme vuestras palabras en forma de poesía.

Ana


NIDO

*
Sombra del mundo
en el abismo estrecho de las horas,
mientras contemplo gotas
en los cristales.

Los sonidos se abren
a la melancolía de la Tierra
y esbozan en su herida
la curación antigua y primigenia.

Las voces ancestrales
de aquéllos que se fueron
se mezclan con los ruidos de las calles
y la música suave
del silencio.

En la respiración habita el nido
del punto del origen
que en vórtices de luz
activa en universos paralelos
los códigos del cambio.


Ana Muela Sopeña

AURORA DEL NORTE

*
Un momento de luz
en la aurora del norte.
Visión del todo.

La nada se detiene
al mirar una nube
en la distancia.

El tiempo se dilata
en la penumbra estrecha.
Lluvia de ti.

El espacio vacío
se curva en geometrías
de rosas negras.

Una galaxia llora
sobre el cuerpo de Gaia.
Melancolía.

El universo dúctil
se contiene en las sílabas.
Nace el poema.


Ana Muela Sopeña

sábado, 24 de abril de 2010


NUDOS DE MI HISTORIA

*
Los nudos de mi historia
en soledad de agua se recrean,
con el vértigo libre
danzando por el mundo.
Los sueños en el límite contemplan
el numen silencioso de los años
y los símbolos níveos del olvido.
Cadencias ondulantes van muriendo
en los círculos blancos
de palabras sinuosas
que disuelven su luz en la humedad.


Ana Muela Sopeña

VOLAR SIN EQUIPAJE

*
No llegaré nunca a volar sin equipaje,
porque mi equipaje soy yo misma
y si lo abandono tendría que disolverme en la nada.


Ana Muela Sopeña

TIEMPO SIN FISURAS

*
.....La batalla constante nos agota en los parajes negros de la vida. Allí vemos los pétalos caídos, los sueños inconclusos, las metas ya disueltas por el tiempo. Pero de pronto todo se renueva y volvemos a ser sin frustraciones, cabalgando la herida, en la pasión de un tiempo sin fisuras.

Seguimos caminando por la ruta
sin mirar hacia atrás,
con la intuición de un mundo más amable,
sobre el filo cortante de otros riesgos.

.....Olvidamos historias ya remotas y corremos al viento, a la disolución de la locura que un día nos llevó a vivir ya muertos.
*
Encontramos la luz en el abismo
con las rocas que duermen en silencio,
más allá de las sombras.


Ana Muela Sopeña

CÍRCULOS DE HORAS

*
La mujer en su sueño recordaba
los círculos de horas primigenias,
donde el olvido era la visión
de la belleza errática y divina.

Geometrías de tiempo sumergido
en precipicios vanos y en guaridas
avisaban del punto de la rosa,
donde se disolvían los sonidos.

Un ángel disfrazado de noctámbulo
convirtió la ciudad en un espejo
donde poder mirarse sin temor.

La mujer despertó de su letargo
y contempló el paisaje somnolienta
mientras un petirrojo alzaba el vuelo.


Ana Muela Sopeña

CIUDAD ESPEJO

*
Llueve en las calles,
temblor en la distancia.
Ciudad espejo.


Ana Muela Sopeña

¿DÓNDE HABITAN LAS PALABRAS?

*
¿Dónde habitan las palabras
cuando estamos en silencio?
En los círculos de nombres
que residen bajo el hielo.
¿Dónde se alojan las letras
cuando se escuchan sus ecos?
En océanos de luz
escondidos en los cerros.
¿Dónde esperan las vocales
cuando silba fuerte el viento?
Bajo las rocas marinas
que susurran desde el sueño.


Ana Muela Sopeña

ABANDONO LAS HUELLAS

*
Abandono las huellas
en la oscuridad de la palabra
y permito que el viento de tu voz
me resucite de la muerte.

Me columpio en la nada
y me paseo por el cosmos
en infinito vértigo de mundos.

Un sonido de niebla
me ampara entre los límites del sueño.

Escucho el tono de los árboles,
cuando la noche nos protege
en el espacio-tiempo de la Tierra.

Los latidos del agua
me subyugan con cánticos de ónix.

Diminutas partículas
se alzan sobre ríos de emociones.

Una mirada pícara en la sombra
me sonríe sin malicia.

Abandono el camino ya trillado
y abrazo rutas nuevas
comiendo mandarinas y naranjas.


Ana Muela Sopeña

viernes, 23 de abril de 2010


SOMBRAS ÁVIDAS DE SÍLABAS

*
A Pere Bessó y a André Cruchaga, hermanos en la palabra

Las palabras construyen sus galaxias
en mundos de llovizna.
Las metáforas crean sus espacios
entre las sombras ávidas de sílabas.


Ana Muela Sopeña

SIETE RÁFAGAS

*
I

En espejos de nieve
la nostalgia nos lleva por rincones
con máscaras de hielo en lejanía.


II

Todos los nombres son un arquetipo
donde vivir la sombra en el exilio.
Por eso al conocer a otra persona
al principio hay sorpresa y alegría,
pero luego encontramos lo terrible,
porque la sombra quiere ser mirada
a la luz de la noche.


III

Persigo territorios de locura
en los acantilados de tu piel.


IV

Espero que mi espalda
sea cartografía de tu éxtasis.


V

Caminamos buscando otros espacios
pero todo está dentro de nosotros.


VI

En el vértigo habita tu deseo
y yo lo reconozco en cada huella.


VII

La rosa negra aspira a ser tu código
por eso se derrite en tu presencia.


Ana Muela Sopeña

HUMO DE TI

*
Humo de ti,
en el nombre que busca la raíz.
Luz en la sombra.


Ana Muela Sopeña

EL LIBRO

*
Un amigo en la noche
que sabe del sollozo del silencio.

Historias que nos llevan a otros mundos
y nos acercan siempre a los misterios
anclados en umbrales invisibles.

Personajes que salen de las páginas
y de pronto son seres con un nombre.

Una puerta intangible
que mueve nuestra percepción del todo.

Un objeto de magia y de rituales
que nos ayuda con sus fórmulas.

Un ente con un cuerpo y un espíritu
que conoce el amor y las cenizas.


Ana Muela Sopeña

ME SUMERJO CONTIGO

*
A ti, voz de la noche

Me sumerjo contigo entre las sábanas
y me susurras sílabas secretas
que traspasan mi piel como un volcán,
entre sístole y diástole...

Me rozas con tus dedos
y yo contemplo el mundo
por los cristales ávidos de lluvia.

Divisamos los rayos y relámpagos,
la tormenta persigue
ser el misterio grave de las noches.

Te conozco desde siempre.
Tú vienes de otro sueño
que se creó hace tiempo en otro sueño,
el ciclo sigue siempre interminable.

Jamás podré saber cuál es el punto
donde nos conocimos:
si fue en este universo
o en otros universos paralelos.

Un dejá vù convierte los instantes
en escarcha de invierno.

Tu voz siempre me hace retornar
a la infancia primera,
cuando todo era visto sin dobleces
en un caleidoscopio de colores.


Ana Muela Sopeña

DRAGÓN DE LAS EDADES

*
Dame tu mano, amiga,
que juntas podremos
exorcizar al demonio de la angustia,
porque una sola puede ser vencida,
pero una red de mujeres tiene el poder
nacido de la Tierra.

En la matriz del mundo
nos encontramos siempre con la herida,
pero también con el fuego de los siglos
que mana por la piel de nuestros cuerpos
que es como el corazón de los océanos,
donde nace el amor.

Pero no el amor pequeñito y egocéntrico,
sino el amor atómico,
universal y etéreo como Gaia.

Un amor que resurge con la estrella
sideral en su esencia de los lagos.

Dame tu mano, amiga,
que juntas somos una luz sin límite,
infinita en el pulso
de las mareas áureas,
en las constelaciones de la sangre.

Dame tu mano, amigo,
dejemos la contienda de los sexos,
los géneros en lucha milenaria
por llevar ese cetro
en esa jerarquía tan oculta
que no tiene sentido.

Dame tu mano, amigo,
enséñame el instinto
de la supervivencia
que araña superficies
desde la prehistoria.

Dame tu mano, amigo,
que yo te enseñaré
la canción de las líneas de la Tierra
custodiadas por tribus ancestrales
con sus palabras código.

Te diré por ejemplo:
"ch'ench'enki"
que en maya significa
silencio...

O te diré:
"Yanasa"
que en quechua significa
amigo...

O te diré:
"Kunguma"
en mapuche
borrasca...

Y así recordaremos las memorias
del dragón de las edades
en la Tierra convulsa
que hoy quiere renacer hacia la luz
de la fraternidad antigua y cósmica.


Ana Muela Sopeña

jueves, 22 de abril de 2010


EN LAS CUEVAS

*
En las cuevas la gente se relaja
en esa soledad de los pronombres,
con el mundo girando en la distancia,
en la luz de un adverbio ya gastado.

La sombra de un anciano nos recuerda
las dudas que se instauran con el tiempo
en los abismos claros del deseo
y en los acantilados de la herida.

Un camino de niebla se abre suave
sobre la oscuridad de horas tardías,
en la belleza azul de los crepúsculos.

La dirección del viento nos indica
el punto de la sangre y la pasión
como vórtice cálido en la noche.


Ana Muela Sopeña

TIEMPO DE CRISÁLIDA

*
A Miguel Íñiguez y a Víktor Gómez Ferrer

La vida es un espejo
donde nos miramos a todas horas


Aquellos transeúntes caminaban
por la ciudad desnuda,
en la herida sonámbula.

Sabían que las horas era lánguidas
y bebían crepúsculos de versos
mezclados con palabras de denuncia.

Subversivas estrofas
abandonaban siempre sus mensajes
en medio de la sangre y las aceras.

Aquellos transeúntes,
en la ebriedad de calles subterráneas,
intentaban que el metro los llevara
hacia el punto neurálgico del mundo.

Pero nada era eterno.

La ciudad era un cúmulo de voces
que iban desgastándose en sus grutas,
para soñar sin ropa y sin la visa
con la autenticidad de la belleza.

Aquellos transeúntes en neblina
eran nuestros espejos más visibles,
los que nos recordaban esa lucha
por dejar de ser números anónimos
en la urbe de araña gigantesca.

Y un tiempo de crisálida
nacía a cada instante, cada noche,
para empezar de nuevo...


Ana Muela Sopeña

RAÍCES BLANCAS

*
Un lobo negro
en el bosque sagrado.
Raíces blancas.


Ana Muela Sopeña

ENTRANDO EN EL UMBRAL

*
Entrando en el umbral de los espejos
me encontré con un niño de cristal
que me pedía a gritos unos versos
ataviados con pétalos de mundos.

Me encaramé a la herida más atávica
y le dije al oído las palabras
que como contraseñas misteriosas
abrían el oráculo del verbo.

En un instante loco y silencioso
contemplé
lobos
blancos
en
el
sueño
que me miraban fijamente
desde el tiempo ancestral de los abismos.

El niño de cristal vino hacia mí
y me cantó canciones de la Tierra,
donde el Hombre sabía
de
la
Estrella
contenida en el fuego de las células.

Y yo guardé en mi espíritu la letra
como un radar interno hacia los cuásares,
donde genes de fuego transmitían
los momentos más álgidos
de la evolución de los homínidos.

En la visión del agua pude ser
una sibila del espacio,
para ensoñar los ojos de Gaia sideral
con la piel de los ríos de obsidiana.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 21 de abril de 2010

UN HOMBRE SOLITARIO

*
Un hombre solitario en su guarida
espera que la luz de los relámpagos
le permita ser alguien en el mundo.

Concibe los momentos de belleza
como puntos de otra dimensión.

Recibe entre las sombras las señales
de vórtices anclados en la arena.

Se entretiene con trampas y con sílabas
que le llevan a un árbol sin raíces.

El hombre, como un número,
se mezcla con la gente de la urbe
y sigue caminando sin un rumbo
hacia las terminales de la herida.

En su cueva de olvidos
amasa los recuerdos de lo oscuro
y colecciona espacios infinitos.

Reestructura sin prisa y sin temor
los instantes de niebla.

Diminuto sonríe entre las calles
y prepara en su cuarto otro futuro,
para dejar en breve su aislamiento.

Una mujer le mira en un café
y aunque pronto se esfuma en la distancia
comienza la andadura hacia otra vida
y se cambia de nombre,
por si acaso...


Ana Muela Sopeña

PRETENDÍ

*
Pretendí conocerte sin distancias,
pero tú te ocultabas
en escondites llenos de preguntas.

Deseaste que yo fuera una sombra
y permitiste el hielo en tu lujuria.


Ana Muela Sopeña

DIARIO DE UNA CIERVA

*
.....Hoy he querido sentir la ciudad vibrando bajo mis pies. Las tiendas con sus escaparates y sus letreros luminosos, los autobuses, el tranvía..., los sonidos del tráfico. Han intentado estafarme, pero me he dado cuenta a tiempo. Me he calzado las botas de guerrera, para tomármelo todo como una aventura intrascendente, porque si empiezo a darle muchas vueltas a la cabeza y a dramatizar me daría un infarto. Así que he mirado el sol, he sentido la cálida temperatura primaveral y he observado las calles como si pertenecieran a otra urbe más hospitalaria.
.....Así, he podido terminar la jornada, con hambre de belleza y de infinito. He contemplado el alfabeto y me he recreado en él, sabiendo de la imposibilidad de completud en la vida real. Ahora, que el sueño cierra mis párpados, me digo a mí misma que todo va bien, aunque en realidad el caos inunda mi existencia. Pero la energía de mi cuerpo sigue intacta y la integridad que me anima me permite seguir soñando en la visión de un tiempo de crisálida.
*
*
Ana Muela Sopeña

martes, 20 de abril de 2010


SOMBRA DEL SUEÑO

*
Por
la
mañana
el
instinto
del
agua.
Luz
en
la
herida.

Llega
la
tarde
a
través
de
las
horas.
Penumbra
y
piel.

En
el
crepúsculo,
mis
visiones
de
ti.
Sombra
del
sueño.


Ana Muela Sopeña

DÓNDE ESTARÁ MI AMOR...

*
Dónde estará mi amor...
¿Estará en las raíces de los árboles
o en la distancia abierta de los ríos?
¿Estará en la sonrisa de los sauces
o quizás en el llanto de las nubes?

Lo busco y siempre escapa de mi ámbito
porque quiere correr libre y sin dueño.

Dónde estará mi amor...
¿Estará en laberintos de cristal
o en castillos de arena y azurita?
¿Estará entre los muros de los sueños
o quizás en las lágrimas de un niño?

Lo persigo y se esconde sin aviso
porque sabe que todo es una máscara.

Dónde estará mi amor...
¿Estará en tu recuerdo melancólico
o en las plumas de un pájaro errabundo?
¿Estará entre la lluvia de tu piel
o quizás en tus ojos de galaxias?

Mi amor está en el viento de visiones
y en tu espíritu atávico y antiguo.


Ana Muela Sopeña

MUJER SERPIENTE

*
Has devastado miles de ciudades,
has destruido seres con tus manos
y yaces escondida en arrecifes
donde un demonio extraño te venera.
Te gusta comportarte sin principios,
adoras de la vida sólo el humo,
para creerte dueña de la muerte
y esperar ser la aguja de las horas.

Eres la corrupción a mano alzada,
persigues la hermosura en el infierno
y no distingues nada del paisaje,
confundes la apariencia con el alma.
La crueldad te supera cada día,
asumes que tu tiempo es sólo tuyo,
no conoces el llanto ni la rosa,
tan sólo te preocupa ser diabla.

Renaces cada noche con la bruma
en cementerios llenos de fantasmas
que admiran de tu piel la alevosía
y tus huesos de espectro tan malvado.
Te levantas sin culpas de la cama,
desconoces el pánico y la sangre,
tú sólo te preocupas de ti misma,
lo demás son historias intangibles.


Ana Muela Sopeña

domingo, 18 de abril de 2010


TIEMPO DEL AMOR

*
El tiempo del amor y de la muerte
se enreda con las nubes de la vida,
en las horas amadas de salida
que procuran buscar algo más fuerte.

Una mujer de luz parece inerte
en su cueva que oculta despedida
atrapada en los huecos de su brida,
para soñar con círculos y verte.

La belleza comienza en la ciudad
a despertar un mundo de presencia,
donde el agua disuelve siempre el nombre.

Y sólo queda ya la soledad
enmascarada en nudos de consciencia
que palpita en el alma de un pronombre.


Ana Muela Sopeña

SUMERGIDA

*
Una
libélula
sumergida
en
el
aire.
Llega
el
crepúsculo.


Ana Muela Sopeña

RESPUESTA

*
Yo te amé como el río a los espejos
en ánforas de luz, dentro del agua,
sabiendo del peligro
de la licantropía en tu guarida.

Te pregunté si yo era diferente
a mujeres anónimas, sin rostro,
que atravesaron ciegas el umbral
de tu mundo poblado de reptiles.

Y sólo respondiste con silencios
encerrados en fosos muy extraños,
donde crueles miradas se posaban
sobre alféizares llenos del olvido.

Yo te amé como igual, no como esclava,
y tuve que partir hacia mi reino,
con espacios de sombra compartida
en la raíz del alba, sueño y mácula.

Tú evaluaste mi piel de concubina
como si fuera sierva de tu feudo

y tu error fue no ver mi sed de tiempo
adherido a los campos de la vida.

Me tuve que escapar a otros rincones,
para soñar despierta con gaviotas
que sintieran del pacto sólo el frío
imantado en cristales de mutismo.

Yo te amé como supe o como pude,
esperando tu mar de enredadera.

Tú quisiste engancharme a tus castigos,
me disolví en la noche, hielo y bruma.


Ana Muela Sopeña

PLEGARIAS EN EL VIENTO

*
Plegarias en el viento
me llevan al lugar de los olvidos.

Allí me voy quedando
dormida con el sueño de la muerte
y cabalgo entre nubes
hacia los precipicios de la herida.

Invocación al alba,
mientras se abisma el tiempo con la lluvia.


Ana Muela Sopeña

AVANZANDO POR LA NIEBLA

*
.....La vida es tan difícil que pensamos en finales de sombra. El extraño lugar se hace volátil, cuando la voz de un mundo inextinguible nos persigue en la noche. Desterramos silencios con la piel de los párpados y toda la nostalgia de los meses se derrama en los cúmulos sin lluvia. Pero siempre hay inicios en abril, con los almendros blancos y los pájaros que cantan por el hecho de existir. Los nidos van tomando su locura en los paisajes níveos. Y al mirar los caminos, con los gatos, nos vemos avanzando por la niebla, a pesar de lo oscuro.
*
*
Ana Muela Sopeña