domingo, 31 de octubre de 2010


ABANDONO

*
La mirada perdida de la infancia
cuando todos buscamos ese nido
de seguridad y confianza.

La búsqueda de un centro imperceptible
en los ojos de un mundo diferente,
para sobrevivir en el vacío.

La huída al territorio de la luna
donde las emociones sean nuestras
y sepamos que el tiempo
nos pertenece.

Abandono de todos y de todo,
en espacios de luz,
dentro de la penumbra o en la noche.

Persecución de alguien
en los días furtivos.

El instinto saliendo de las tumbas.

La verdad de la niebla en nuestras manos.

Explicación del círculo enigmático
en los genes atávicos de bruma
de los antepasados familiares.

Abandono en lo oculto
a los peligros siempre conocidos.


Ana Muela Sopeña

sábado, 30 de octubre de 2010


EN MEDIO DE LO SÓRDIDO

*
A Rosa Iglesias, por sus excelentes montajes poéticos en Vídeo.

Nace la luz en medio de lo sórdido
mientras tú te presentas impasible,
creando en el reloj de la belleza.

Posees el Aleph perpetuo y cálido,
nos haces disfrutar de lo divino
con visiones de un mundo que agoniza
y palabras de azul
atemporal.

Decrece con tu voz lo oscuro y triste,
para aumentar la dosis
de lo hermoso
en un reino inventado
por tu alma
que compartes con todos sin chantajes.


Ana Muela Sopeña

ABRÁZAME EN ESPEJOS

*
Abrázame en espejos de belleza
donde todo se anegue en el silencio.

Bésame sin censuras en un cuento
que no termine nunca.

Rózame con tus dedos de la luna
hasta que yo suspire con el tiempo.

Susúrrame palabras al oído
mientras una tormenta nos sorprende.

Inúndame de luz como al principio,
cuando tú perseguías el mamut
y yo curtía pieles en las cuevas.

Ofréceme en tus manos la ambrosía,
yo te daré en un cáliz de obsidiana
el néctar de la diosa más oculta.


Ana Muela Sopeña

SUEÑA LA LUZ

*
Sueña la luz que inunda las tinieblas
entre las sombras vanas de la vida.

Sueña el gorrión que llega a mi ventana
para sobrevivir en la tormenta.

Sueña mi amor que yo soy para siempre,
pero él se oculta en nidos de apariencia.

Sueño que todo es único y vibrante,
pero el vacío emerge cada día
y me lleva por túneles de impacto
compartiendo el dolor con los transeúntes.

Sueño que sueño siempre en un teatro
y delíneo mis horas sin censuras,
para soñar soñando en el encuentro.


Ana Muela Sopeña

SE DEFINIÓ LA LLUVIA

*

.....Se definió la lluvia dentro de tu mirada más oculta. Y yo esperando el umbral que me llevara hasta tu mundo.
*
*
Ana Muela Sopeña


*****

S-A CONTURAT PLOAIA

.....S-a conturat ploaia în adâncul privirii tale celei mai ascunse. Iar eu aşteptând o treaptă care m-ar conduce până în lumea ta.
*
*
Poem de Ana Muela Sopeña, traducere în română de Andrei Langa

TE RECUERDO SONRIENTE

*
Te recuerdo sonriente entre la niebla
avanzando hacia mí en la noche oscura,
en conjuros secretos de la luna
que tímida se esconde en las estrellas.

Me recuerdas descalza sobre arena
amándote sin tiempo, casi oculta,
ofreciendo al océano la espuma
que cubre mi piel blanca de belleza.

Nos recordamos siempre cada día
en la sombra encantada de los olmos,
protegiendo el instinto de los lobos.

Seducimos en horas de vigilia
en el código azul que nos ampara
con los versos de agua, sin palabras.


Ana Muela Sopeña

SUBLIMACIÓN

*
B
a
j
o

l
a

ll
u
v
i
a,

á
r
b
o
l

b
l
a
n
c
o

y

m
i
s

l
a
b
i
o
s.

S
u
b
l
i
m
a
c
i
ó
n.


Ana Muela Sopeña

viernes, 29 de octubre de 2010


ALFABETO DE MUNDOS INVISIBLES

*
Ama como si fueses una estrella

Baila sobre la música del alba

Canta hasta ser sonido de galaxias

Chamaniza tu vida cada instante

Desciende laberintos invisibles

Expresa de tu sombra sólo el vórtice

Fortalece tus sueños con la luz

Gratifica el instante de belleza

Huye de lo que te haga ser de pánico

Intuye rutas áureas sobre cuásares

Juega como los niños en el parque

Kamikazes de niebla me hacen tuya

Lima las asperezas muy despacio

Llora sobre crepúsculos urbanos

Murmura las palabras de la magia

Nada como un delfín con tus amigos

Ñandús se hacen los amos de la historia

Ondea la bandera de la paz

Persigue la hermosura cada hora

Quiere sin excepción los universos

Ríe cada minuto sin quejarte

Siente cada silencio sin la culpa

Túmbate bajo el manto de los púlsares

Ulula como un búho entre visiones

Vive bajo los mundos del enigma

Walquirias me permiten ser tu ninfa

Xantipa me recuerda la utopía

Yerba sobre tu cuerpo te hace mío

Zarandea los árboles de bruma.


Ana Muela Sopeña

CONOZCO EN LOS ESPEJOS

*
Conozco en los espejos tu voz cálida
que me lleva por lunas y por cálices
enredados al túnel de la vida.

Me inundo de tus iris silenciosos
cuando sólo me miras sin palabras.

Me sumerjo en tu piel con agua y mirra,
para soñar que soy alfa y omega.

Acudes a mi ruego
desnudo, sin el pánico.

Respondes al sonido de mis sílabas
atrapado en el sol oscuro y ávido.

Desciendes por lugares imposibles
donde todo es verdad en la mentira.

Aprendemos que nada es para siempre,
vivimos los segundos
primigenios
sabiendo que la luz
nos pertenece.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 27 de octubre de 2010


PARADOJAS

*
Paradojas de un mundo que sorprende.

Buscamos permanencia,
la relación perfecta en el espacio
por tiempo indefinido.

Pero luego el deseo es escapar
hacia ninguna parte,
para sentir de nuevo los inicios.

Elipses que no paran,
movimiento perpetuo hacia otro lado
donde un cristal nos mira en la penumbra
con espejos de exilio para ser...
o un nido primigenio que nos guarda
de la depredación y el frío intenso.


Ana Muela Sopeña

PASAN LOS TRENES

*
Pasan los trenes
mientras tú sólo miras.
Frío en la noche.


Ana Muela Sopeña

martes, 26 de octubre de 2010


NANA PARA DORMIR EN EL VACÍO

*
En el tiempo del vacío
el sueño viene más tarde,
en los espacios difusos
de la mente oscura y fría.

Emociones antagónicas
se liberan en la noche
sin saber cómo vencerlas,
sin poder casi eclipsarlas.

Los espejos de memoria
reflejan todo el pasado,
con la exactitud vibrante
de la piel en la penumbra.

En el túnel del temor
tú sabes que existe un código
esperando que lo pulses
sobre el lago de lo auténtico.


Ana Muela Sopeña

MEDITACIÓN DE MALAQUITA

*
Avanzas por el laberinto de la niebla
y te sumerges suavemente
en un lago con agua
de malaquita.

Abandonas lo inservible,
te liberas de mundos estresantes
y te escondes con ramas de los árboles
buscando los silencios del ensueño.

Desciendes por la encrucijada de las rosas
y te inundas en la luz
de piedras que relucen como el sol,
en visiones de pétalos desnudos.


Ana Muela Sopeña

lunes, 25 de octubre de 2010


CITA SECRETA CON LO ABIERTO

*
En desvanes de infancia
los caballitos rojos que se esconden
bajo el techo inclinado
nos hacen recordar sombras veladas.

Un niño con un barco de papel
acude por las noches al tejado,
para contemplar toda la luz
en las constelaciones del enigma.

El pasado se torna irrelevante
cuando el presente es intenso y pálido,
como pétalo de agua sumergido
en nenúfares blancos y desnudos.

El futuro es incierto,
no
sabemos
si
es
sobre
cerrado
o una cita secreta con lo abierto.

Las bicicletas yacen empolvadas
en trasteros con niebla sin historia
y nuestros ojos buscan
las claves en los puntos del destino.


Ana Muela Sopeña

AURORA BOREAL

*
La aurora boreal nos va meciendo
en
.....su
..........luz
................del
.......................ensueño.

Entretanto
...................el
........................susurro
......................................de
...........................................la
...............................................noche
nos eleva al lugar de la belleza.


Ana Muela Sopeña

domingo, 24 de octubre de 2010


EN LA LUZ DE LOS TÚNELES

*
Dame
la
mano
en
la
luz
de
los
túneles.
Siempre
hay
salida.


Ana Muela Sopeña

LLUVIA

*
A Marina Centeno, Pere Bessó y André Cruchaga, con mi amistad y admiración

La lluvia de la noche nos contiene
en sus gotas de sombra diminuta.

Entramos en el frío de las calles
con la meditación del vientre húmedo,
cuando llegan caballos en espejos
adheridos a imágenes perpetuas
en los símbolos cuánticos de Gaia.

La poesía rompe la intemperie
y nos aporta esferas de metal
o la luz sumergida en el océano,
más allá de un pasado ya extinguido,
el presente nostálgico y silente
o un futuro fractal entre las sílabas.

Nos llueve la palabra en las aceras
y la ciudad nos dicta las estrofas
con los acentos rítmicos y violetas de humo.

Deambulamos sin pánico por las plazas de otoño
hasta intuir instantes en vocales
y consonantes del exilio.

Una mujer se adentra en los mil túneles
y de allí va obteniendo la materia
de la alquimia del verbo refinado.

Un hombre va emergiendo de la bruma
con metáforas vagas y dispersas,
para reencantar la piel del mundo.

Otro hombre se dedica
a la música pura e invisible
de los vocablos cálidos y apátridas
que resuenan en patios con adelfas.

Entre los tres el vórtice de niebla
como una red de tiempos intangibles
se adormece en aulagas del espacio.


Ana Muela Sopeña

MIS MANOS SIN ESCUDOS

*
.....Camino por las calles melancólicas entre la lluvia fina de la tarde y deslizo mis manos sin escudos por los bolsillos cálidos de mi chaqueta roja. Contemplo fijamente muchos escaparates de las tiendas, donde las cosas tienen puesto el precio y parece que todas han nacido para hacernos la vida más amable. Pero todo es visión de medianoche, porque pensando bien concluimos que todo es prescindible. Artículos que saben a la gloria, en realidad no pueden seducirnos. Sabemos que se precian de ser algo, pero lo innecesario es casi todo. Me enredo en las aceras de la ciudad dormida en laberintos y diviso tejados con los gatos que se reflejan sabios en las nubes.
*
*
Ana Muela Sopeña

TODOS QUEREMOS SER LOS ÚNICOS

*
.....Las calles con sus gentes van tragándose el sinsentido absurdo de la vida, donde todos queremos ser los únicos y apenas nos miramos con el fuego. El instinto reclama ya su espacio en esos territorios de la urbe donde los ojos buscan el contacto, para soñar que existen como humanos. La ciudad me devora como araña con su boca gigante, más allá de la lluvia melancólica, en las aceras frías de metal. La ría con sus grises se resiente cada vez que un crepúsculo nostálgico nos entrega los barcos exiliados que nos recuerdan siempre el viaje a Ítaca. Lo invisible se torna muy visible entre calima suave y edificios que nos marcan las rutas de lo álgido, para soñar con mundos de utopía. Cada jornada es dueña de las horas que nos enseñan campos sumergidos en azares de reinos casi atávicos con posibilidades de retorno. La mentira domina entre las plazas y en los portales llenos de silencio que nos buscan con gritos de temor o con pánico exacto a lo prohibido. Entre tantas farolas yo te veo con tu sonrisa pícara y traviesa y me rozas las manos aunque duela que sólo en ratos cortos somos uno. Las veladas deslizan su tristeza en el otoño en sepia de los álbumes, donde muchas visiones en conjuro atraviesan los cruces con los árboles. Los transeúntes gritan en silencio reclamando su puesto en esta tierra, pero nadie los oye todavía porque todos son sordos por decreto. Y todos proseguimos en la cuerda, en el funambulismo de la luna, apreciando esa luz casi escondida que guardamos en cajas de penumbra con música del alba y del océano. Una mujer desnuda va girando sobre el asfalto oscuro de los parques y me recuerda imágenes pasadas, donde lo natural saltaba siempre. Un hombre sin destino va mirando la ciudad con su niebla entre la lluvia y se sumerge en cúmulos de acero, para sobrevivir con un buen nombre. Una niña pequeña mira el mundo con sus ojos de adverbios y adjetivos, buscando de la sombra su salida. Un niño con sus trenes de madera atraviesa el umbral de lo encantado en su búsqueda azul de los ensueños donde todo respira sin horarios. Los relojes asumen su misión de informarnos sin tregua sobre espejos, donde la realidad es el soporte que nos hace sentir que somos alguien.
*
*
Ana Muela Sopeña

LA LUNA ESTÁ BAILANDO

*
La luna está bailando
sobre tu cuerpo lúdico de ensueño,
más allá de lo oscuro e invisible,
en un murmullo suave y melancólico.

El azul de la tarde se dispersa
en los acantilados de los lobos,
donde el humo se pierde entre la niebla
como tu amor que mece mi silencio.

El frío del océano en la bruma
como el mar con las algas me serena
mientras veo un crepúsculo difuso.

El eco de tu voz me va llamando
a territorios llenos de belleza,
donde soy tan lasciva como el agua.


Ana Muela Sopeña

SÚBITO BESO

*
Súbito beso,
precipicios desnudos.
Una luciérnaga.


Ana Muela Sopeña

sábado, 23 de octubre de 2010


INVENTARIO DE CAOS

*
La sombra detenida entre la niebla
a caballo en espejos de la luna.

El instinto de sangre

sobre la tierra húmeda y silente.

Tus ojos absorbidos por un bosque

en descomposición de la hora exacta.

La mirada asombrada de la infancia

con el susto que causan tantas pérdidas.

Los relojes de sal durmiendo siestas

para visualizar el reino arcaico.

Un infierno sumido en la locura

de saber que la vida es surreal.

El caos del sinsentido

que nos lleva por trenes donde el tiempo
se comporta rebelde e insumiso.


Ana Muela Sopeña

SILENCIOS DE ÓNIX

*
Sueño
que
miras
mis
silencios
de
ónix
bajo
la
lluvia.

Te
visualizo
entre
piedras
de
ámbar
muy
sonriente.

Dulce
visión,
nuestros
labios
de
sombra.
Niebla
nocturna.


Ana Muela Sopeña

TÚ SABES QUE ME INSPIRAS

*
Tú sabes que me inspiras en la noche
las palabras de un mundo sumergido
en la belleza suave,

las sílabas que viajan por los cirros
en la penumbra etérea de la tarde.

las letras que se imbrican en los cúmulos
sobre las algas húmedas,

las vocales del mar con sus metáforas
imantadas a nombres del abismo,

las consonantes híbridas de espuma
que se deslizan densas, sin permiso,

los signos eclipsados por tus párpados
que se ocultan en cuevas de cemento,

los trazos en las grutas
con adverbios de lodo entre la luz.

Tú sabes que me inspiras cada verso
porque sé que me piensas cada instante,
en los segundos locos y dispersos
que vivimos por suerte o por destino.


Ana Muela Sopeña

SEÑALES

*
A través de la niebla los presagios
han seducido al día
en un tren de la infancia.
Un hombre melancólico se mira
en los espejos tristes de la nada,
para sobrevivir en el desastre.
Los pájaros de luz en el destierro
se terminan volviendo de betún,
pero son visionarios en los túneles.
Una niña asombrada en noches frías
se descubre las manos en la tierra,
mientras busca señales en los árboles.
Una mujer de bruma te reclama
en las noches del tiempo más atávico
con las rosas de agua.
Un niño que camina entre las piedras
se esconde entre las ramas de los sauces
y conversa despacio con libélulas
que se van ocultando en el crepúsculo.
*
*
Ana Muela Sopeña

viernes, 22 de octubre de 2010




TU DOBLE SEDUCIDO

*
En supernovas veo
tu doble seducido
por el tiempo
y me voy en fractales de belleza
a tu gruta de luz.

Tu piel es como un sueño
adherido a los campos de visiones.

Habito en los espacios del deseo
con tu sombra impregnando mi radar.

Resides en mi cuerpo
en la onda partida por un cuásar.


Ana Muela Sopeña

lunes, 18 de octubre de 2010


DEMONIOS

*
.....Los demonios caminan por las calles, asolando ciudades de cenizas. Cada día pensamos que se van, pero asedian sin tregua en las aceras, en los escaparates de las tiendas, en los bancos y en los parques. Los demonios nos miran obsesivos y nos hacen tirar siempre la toalla, pensando que ya somos sólo víctimas y la impotencia cubre nuestro intento. Los demonios son monstruos preparados, para hacer que dejemos nuestra lucha. Pero hemos de vencer a los demonios con la sal, el azufre y la plata. Seguir en el intento de ser almas de humanos adheridos al espíritu. Porque sólo sabiendo que ellos son vencibles con la alquimia universal podremos aspirar a ser humanos, amorosos, creadores y felices. Los demonios caminan por los mapas, en la cartografía de los signos y se meten en sueños con tentáculos. Pero pronto saldrán a los abismos, vencidos con antorchas de mercurio, quemados por el fuego más oculto.
*
*
Ana Muela Sopeña

NO SOMOS LOS ESPEJOS DE LA GUERRA

*
.....No somos los espejos de la guerra, eso creemos cuando nos vamos a la cama. Nuestra conciencia se tranquiliza al pensar que los violentos son los otros. Pero no. El mundo es como es por los que hacen y por los que no hacen. El orden imperante somos todos, aunque nos pese.
*
*
Ana Muela Sopeña

DE REGRESO HACIA LA SUERTE

*
Me gusta que me beses en Mirzám
enamorado siempre de tu nube.

Batallamos así desde Kochab
en un tren de regreso hacia la suerte.
Serpientes enganchadas a las aguas
amparan en escamas mucha lluvia
silenciando el destino de las sombras.

Te recuerdo en el alto zigurat
enarbolando espacios con perfume.

Belleza sobre el árbol bao-bab
en la tierra que sabe que un buen corte
se agradece en el túnel de los fuegos
o se guarda en profundo laberinto.

Nadie sabe que vamos en vagón
ondeando en la cresta del camino
sin miedos adheridos a los ojos.

Bésame en territorios del Magreb
en la cúpula azul, casi invisible,
susurrando que todo son visiones
asoladas de barro entre la niebla,
mascullando las sílabas de Pam
o renaciendo jóvenes al mundo
sin defensas de mares ni de ríos.


Ana Muela Sopeña

domingo, 17 de octubre de 2010


HIJA DE LA LUNA

*
La loba que me habita cada instante
se prepara con besos para ti
y todo lo que siento sobre mí
se desliza en la ola palpitante.

En el bosque de luz vivo en tu piel
apasionada en túneles de vida
y pronto se termina la partida
con mi roce de rosas y de miel.

Las grutas de belleza y de verdad
nos ofrecen violetas en la arena,
con un reloj de sol sobre una duna.

Tu voz me ampara siempre en soledad
y elimina de mí toda la pena,
para soñar como hija de la luna.


Ana Muela Sopeña

RECUPERA EL ALEPH

*
Las guaridas amparan nuestros besos
ocultos de miradas,

escondidos del mundo,
sabiendo del espacio sumergido
en nuestra piel amante de la sombra.

Tus besos me revelan
la inmensidad del tiempo primigenio.

Tus abrazos me llevan por abismos
donde las horas gritan su verdad.

Y tus ojos de mar me hacen ser ola
en el vaivén de todas las mareas.

Te agradezco la luz dentro del agua
que me inunda de nubes y de lluvia,
para ser la mujer diosa del verbo.

Como una virgen soy la que te cuida
de las rutas oscuras y terribles.

En los acantilados de los lobos
las piedras escarpadas te contienen
en las noches de sal, azufre y sangre.

Los precipicios blancos te amenazan
con sus tiempos tan sórdidos y amargos,
pero aquí mi sonrisa te hace inmune
a las huellas profundas, tenebrosas.

Recupera el Aleph de aquellas cuevas
donde un niño cayó sin enterarse,

para ser creador en esta Tierra
ahora que los umbrales se han abierto.


Ana Muela Sopeña

SOBRE MI ESPALDA

*
Sobre mi espalda escribes esos signos
de belleza furtiva.

En el espejo trazo tu silueta.

En otros alfabetos menos próximos
nuestros nombres cabalgan fusionados
a la búsqueda eterna de la luz.

Tú sabes que te pienso
en los segundos ávidos de arena.

El cristal del deseo nos inunda
con su brillo sin sombras y sin lágrimas.

Me miras desde el fondo de los túneles,
te miro con la luna por testigo.

Sobre la nieve amamos en susurros
mientras rozas mi piel imperceptible.

Te elevo de las zonas abisales
a las cúmulos suaves de la lluvia.

Nuestras manos se unen los minutos
que nos hacen sentir en la sonrisa.

Las horas se deslizan por vagones
de trenes que regresan de las sombras
y nos llevan por rutas invisibles
hacia poblados llenos de caricias.

Nuestros mundos se funden con el agua
de la escarcha perdida entre los sueños.

En un altar de viento te hago mío
mientras tú me pronuncias sin temores.


Ana Muela Sopeña

EL MUNDO ES NUESTRO

*
Soy lluvia cálida
sobre la tierra fría.
El mundo es nuestro.


Ana Muela Sopeña

LA HORA EXACTA

*
Me gustaría que corrieras a mi encuentro,
pero sé que las cosas son difíciles
por ello con paciencia
aguardo la hora exacta para vernos.

Y no creas que a mí me das igual,
pero todo es mejor en el instante,
en la dosis correcta y sin peligro.

Tú sabes que comprendo
la situación en toda su amplitud

yo sólo te reclamo ser auténtico,
para que nuestro enigma sea cálido...


Ana Muela Sopeña

HAMBRIENTOS DE ESCRIBIR

*
A Pere Bessó y André Cruchaga, grandes amigos y grandes poetas

La palabra es la esencia de la vida
que pulsa los crepúsculos amados
en esa vibración de los sonidos
integrados con mundos enigmáticos.

Las sílabas destejen cada imagen
en cantos ancestrales,
con salmodias chamánicas y antiguas
en la danza de un mundo inextinguible.

Las vocales nos abren la conciencia
de galaxias sedientas de lo cósmico

y bailan consonantes en la arena,
para sedimentar en el vacío.

En el umbral de signos van las huellas
de un camino imbricado entre las sombras
que va perdiendo el pulso de la historia.

Los trazos nos delínean con sus círculos
en la belleza pura del contexto,
sobre la oscuridad más absoluta.

La palabra contiene nuestros nombres
y los nombres de todo lo creado.

El verbo es el principio y el final
y en esa trayectoria misteriosa
existimos hambrientos de escribir.


Ana Muela Sopeña

CON TU PASO SONÁMBULO

*
La ciudad ha perdido sus silencios
al saber que ya pisas sus aceras
con tu paso sonámbulo y disperso
que me persigue siempre, casi oculto.

Las calles ya no son sólo unos nombres,
de pronto han recobrado su alegría.
Te visualizo entero en edificios
que se alzan prepotentes hacia el cielo.

Las plazas hacen eco de tu voz
en los pasos de cebra y los semáforos.
Parece que las luces de neón
reflejan tu sentir en parpadeos.

Las farolas anotan tus mil rutas
y saben que me sigues noche y día,
para experimentar el aire frío
en tu cuerpo de mundos subterráneos.

La urbe enamorada de la ría
conoce tus pasiones solitarias
y tus rumbos prohibidos, soterrados,
en medio de lo sórdido y terrible.

Los portales no sienten ya el temor
al comprobar que portas el secreto
en tu piel almizclada con las gotas
del perfume de todo lo invisible.

La ciudad es testigo de tus huellas
que me buscan sin pausa entre los sueños,
en utopías vanas de cristal,
cada vez que me piensas sin censuras.

Las horas recobradas ya son nuestras
en laberintos níveos y en los círculos
de los dioses descalzos que nos sueñan,
para crear un reino de palabras.

Los tejados recuerdan nuestros nombres
y los balcones graban apellidos,
en la frecuencia extraña de Las Pléyades
o en la luz diluida de los cuásares.

Y los escaparates de las tiendas
nos observan desnudos y expectantes
a través de los ojos asombrados
de tantos maniquíes aburridos.

La ciudad nos enseña que la lluvia
nos invita a sentir toda la luz
entre las sombras ávidas de noches
o en la penumbra abierta de la tarde.

Los camarotes aman en su niebla
nuestra complicidad en la visión,
en el juego de espacios intangibles
o en las rosas sedientas de lo místico.

Un pájaro perdido en su bandada
nos mira desde espejos adheridos
a la ilusión de un tiempo de belleza
en océanos lánguidos sin olas.

Una mujer nos mira desde arriba
entre cortinas blancas del pasado,
pero tú sabes ser ese hombre oscuro
que burla vigilancias excesivas.

El amor es un mirlo entre la escarcha
que persigue su luz en lo imposible
y nos hace sus cómplices de arena
con sus cálidos códigos de bruma.


Ana Muela Sopeña

sábado, 16 de octubre de 2010


A TRAVÉS DE LOS PÚLSARES Y ESTRELLAS

*
A María Bartolomé, amiga cósmica en la distancia

Un guiño nos reúne
a través de los púlsares y estrellas,
más allá de la luz y de la sombra.
Hay sincronía.

En el umbral de un mundo renacido
nos encontramos siempre sin horarios,
en las horas galácticas y cósmicas
con la frecuencia suave de Antarés.

Te agradezco tu escucha y tu palabra
en alquimia de amor y de experiencia
que tú destilas siempre cada instante.

En tu viaje estelar vas conociendo
los reinos intangibles de belleza
con tus almas gemelas,
dobles dimensionales paralelos.

En el silencio áureo de un nenúfar
los pétalos del agua te protegen
y te invitan a ser gota de lluvia...


Ana Muela Sopeña

.


AL SALIR DEL MUSEO LLOVÍA

*
Al salir del museo llovía
y mi sombra impregnaba las aceras
de mundos atrapados por tu historia.

Caminaste suavemente sin tocarme
recordando de mí las líneas curvas
y el silencio imbricado en mis latidos.

Te diste cuenta de la hora
cuando miraste el reloj
a la luz de una farola extraviada.

Y supiste que la noche nos sentía
con sus párpados negros,
en su ebriedad sedienta de caricias.

Captaste una instantánea con tu móvil
y pudiste transmitirme sin palabras
toda la vibración de esos segundos.

La distancia cubría nuestro aliento
y la respiración de la ciudad
contenía la niebla de lo oscuro.

Al salir del museo llovía
mientras yo te esperaba sin chantajes
perpleja en el ensueño de mi ruta.


Ana Muela Sopeña

EL REY HACE SU ENROQUE

*
Peón por alfil,
la partida tan sólo ha comenzado.

La batalla despliega sus efectos
entre luces y sombras.
El damero constata nuestras luchas
entre pulsos de fuego.

Caballo amenazando a la gran Dama
que se duerme en su sueño de metal,
para olvidar que ya no está en el mundo.

Y el rey hace su enroque,
corto como las líneas de la vida,
para poder sentir raíces de árboles
entre penumbras muertas de la tarde.

La partida permite que las fuerzas
se equilibren en este medio juego,
para redescubrir las utopías
de los tiempos amados de la historia.

El centro está tomado por esa reina negra
que porta los tentáculos de hierro
en sus fauces oscuras y terribles.

Pero las estrategias siguen siendo
los latidos perfectos que perduran
y pueden acabar con la Gran Madre,
espesa como el lodo
de cada pesadilla en las visiones.

Negra madre terrible e inconclusa,
atada a muchas rocas
con arañas que llevan su veneno
en el noray del verbo sumergido
en océanos fríos.

El ajedrez comienza a ser de locos,
cuando ya el medio juego nos invoca
y llegan los finales,
con tan sólo dos torres, dama y alfil
y todos los peones del contrario
y un rey en desconcierto
que deambula por calles y teatros,
imaginando espacios más amables.


Ana Muela Sopeña

SELVA DE CEMENTO

*
La selva de cemento nos absorbe
con sus brazos de acero
en edificios sobrios y desnudos.

Nos dicen que lo óptimo
es hacer lo que hacen los que imperan
y ya desde la cuna los espejos
nos hacen imitar a los mayores.

Pero todo es mentira.

No sirven para nada
esas normas caducas y sin vida.

Precisamos lanzarnos al vacío
para desarrollar al creador
y al amante perfecto
que todos hemos sido
antes del nacimiento en esta Tierra.

Vincularnos a todo
con el Aleph oculto en nuestras células.

Sentir el universo en nuestra piel
y saber que este mundo es también nuestro.

Salir del victimismo
y asumir la belleza de la luz,
con el poder de ser hombres, mujeres,
fértiles, creativos y potentes.

Despedirnos de esa indefensión
que nos deja sin fuerza
para las decisiones importantes.

Asumir nuestro centro
exorcizando al monstruo de la sombra.

No somos unos números sin alma,
aunque algunos así lo crean ya,

somos la creación inquebrantable
que muchos olvidaron
en la escuela, familia, calle, empresa.

Retumban los recuerdos
del útero materno en estos días.

Algún día el humano
nacerá a la conciencia de ser alguien,
capaz de ser feliz y de crear:
volviendo al sueño lúdico
de su espíritu eterno de la infancia

y amará sin chantajes ni sobornos
desde la libertad de la consciencia...

y la respiración será esa aliada
capaz de devolvernos el placer
de vivir el instante, sin embustes.


Ana Muela Sopeña

viernes, 15 de octubre de 2010


NOCHE DE SOL

*
I
Noche de sol
a tu lado, desnuda.
Se ven burbujas.

II
Me sueñas en el agua
sabiendo que la luz nos hace cómplices.
Las sombras se diluyen en tus ojos.

III
Raíz del mundo
en mis manos de lluvia.
Busco tus labios.

IV
Te visualizo fuerte en mi guarida
protegiéndome siempre de las víboras.
Somos aliados.

V
Árbol sin lágrimas
fertilidad de océano.
Pienso en tus cuevas.

VI
Melancolía
en la distancia apátrida.
Tú no me olvidas.


Ana Muela Sopeña

NOCHE DE LUZ

*
Tu voz de sueño
en mi piel de nereida.
Noches de luz.


Ana Muela Sopeña

martes, 12 de octubre de 2010


SENTIRTE CÓMPLICE

*
Sobre
tu
ausencia,
la
mirada
del
agua,
tu
voz
lejana.

Entre
mis
sueños,
mi
piel
te
pertenece
y

lo
sabes.

Sólo
seis
días,
para
sentirte
cómplice
entre
jadeos.


Ana Muela Sopeña

NOCHE POÉTICA

*
A mis amigos de "Noche poética": Asier Tobalina, Beatriz de Guardo, Julián Borao, Julio González Alonso, Óscar Alberdi, Rosa Romay y Txemi del Olmo.

Las sílabas del aire se confunden
con el viento del norte
y la luna sonámbula nos habla
de paraísos lúdicos sin sombras.

Entre versos ocultos columpiamos
las palabras del centro de la vida
que nos conforman ebrios
en espejos de sal, sobre el océano.

La poesía ampara nuestros yoes
que vulnerables buscan un refugio
donde poder crear desde el origen.

La música del mundo nos protege
del desamor extremo que nos mata,
brindándonos los vórtices de luz.


Ana Muela Sopeña

SI ESTUVIERAS CERCA

*
Si estuvieras cerca te amaría
rozando tu cabello con mis manos,
acariciando suave tu piel lúbrica
y besando tus párpados de sombra.

Susurraría mundos de emoción
a tu oído de sueños escondidos
y me convertiría en diosa virgen,
desnuda para ti en visiones mágicas.

Sería tu hembra atávica,
silenciosa
en imágenes de fuego
y me fusionaría
con tu doble,
para que no estuvieras escindido.


Ana Muela Sopeña

domingo, 10 de octubre de 2010


ME GUSTA SI ME ABRAZAS

*
Me gusta si me abrazas en Mirzam
entre nubes de luz, sobre la noche.

Gratificas mi cuerpo con un tag
usurpado al cristal y al gris tisú.
Serpientes ondeando entre las rocas
taimadas del desierto zigurat.
A veces la belleza se hace agua
sin temor a lo oscuro ni a los vientos.

Mi amor se plasma siempre en fotos de álbum.
Un día sin tu voz es como un tú
con la esencia desnuda de un tic-tac.
Hoy puedo descalzarme en el sabath
o elegirte en la bruma del crepúsculo.


Ana Muela Sopeña

ENTRE TUS BRAZOS

*
Entre tus brazos
me convierto en crisálida.
Volamos juntos.


Ana Muela Sopeña

EN UN MUNDO DE LUZ

*
La luna se desplaza en la penumbra
mientras tus ojos danzan con las olas
en un mundo de luz ensimismado.


Ana Muela Sopeña

sábado, 9 de octubre de 2010


REGRESA A LA INFANCIA

*
Regresa
a la infancia del sueño
que abandonaste pronto aquellos años
dominados por dudas
y soledad de mundos infinitos.

Retorna
al instante primero,
cuando la lluvia era tu consorte
y mirabas las piedras sin temor.

Lagartijas en fuentes
y ranas en estanques con nenúfares.

El sonido del agua puede ser
el aviso de todo.

Vuelve
a una niñez de reinos intangibles
con elfos y con gnomos
ataviados con prendas de romero,
para endulzarte el día con su magia.

Ahora
es el instante pleno,
para desarrollar esa intuición
que te lleve por troncos y mandrágoras
adueñadas de ti
y
tu desconcierto.


Ana Muela Sopeña