domingo, 23 de enero de 2011

AQUEL INSTINTO AMABLE

*
Aquel instinto amable
que nos cubrió las noches de pasión
se extinguió entre la niebla de los sueños.

Pero todo ha quedado en la memoria
de los versos tejidos entre las celosías.

Una explosión de júbilo y estrellas
nos amparó en las horas de secretos.

Ahora sólo el tiempo
nos concede en mutismo selectivo
alguna luz oculta en nuestra historia.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

Manuel dijo...

Tendido en el oasis que me habita, releo los teóricos instantes reflejados en ámbitos de arena que traen un espejismo a mi memoria.
En los ojos del tiempo no vivido, observo las imágenes de un álbum que apenas tiene brillo en la mirada, preguntándome quién soy.
Con la luz mortecina del recuerdo penetra el pretérito en mi mente, Traía su latido acompañado de la indecisa niebla que moja los vitrales sin ser lluvia ni sombra de otoño.

¿Qué sueño no conoce la tristeza? ¿Qué páginas de un libro no son el manifiesto del sepulcro de nieve que de invierno renace primaveras?

Me fui hasta el epílogo desierto en busca de respuestas que sirvan de ornamento, que sustenten el ayer sin razón de biografía. Y aún estaba intacto mi epitafio,en blanco todavía, y a la espera de los gritos que brotan del silencio.

Murmullos con secuencias musicales venían de ae algún sitio, mutando de la noche su alegría, en busca de un final sin lado oscuro donde puedan reír mis fotogramas, sus márgenes callados.

Del sueño, 03, AM


Disculpa esta irrupción en tu magnífico poema, meiga. Tan sólo es un instinto amable de pasión de una luz que se oculta en el sueño.

Un beso
Manuel

Ana Muela Sopeña dijo...

Bellísimo tu texto de prosa poética, Manuel. Siempre hay sensibilidad en tu palabra.

Gracias por venir, amigo poeta
Gracias por leerme

Un abrazo de meiga
Ana

Unknown dijo...

Bueno, imposible superar, ni siquiera acercarse, al comentario de Manuel. Solo puedo decirte que el poema me ha encantado, la precisión que logras con la expresión "instinto amable" es de esas maravillas que la poesía consigue alcanzar a veces.

Un abrazo.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Juan, por leerme y brindarme tus palabras.

Un abrazo
Ana