*
Una gota de lluvia se desliza
por un cristal de mundos encendidos,
mientras miro las calles, aterida,
desde mi cama azul de hielo y lava.
Y te recuerdo solo en la penumbra
echándome de menos por las noches,
pensativo y lacónico, en silencio.
Un gato por la acera
maúlla con el tiempo de la luna
y unas voces lejanas se confunden
con el sueño dormido en la ciudad.
Partículas de hierro
se tornan insensibles
a la belleza fría del ambiente.
Yo sé que tú me piensas sin descanso
y que aún no consigues
resolver la ecuación con tres incógnitas.
Ana Muela Sopeña
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