*
Las calles se hacen cómplices
del secreto que habita en nuestra piel.
Caminamos sin tiempo
junto a los edificios que vigilan
nuestra emoción oculta.
Me recojo en los círculos cerrados
con tu aliento de menta y de café.
Me miras fijamente
sabiendo que yo soy una vestal.
Ana Muela Sopeña
martes, 8 de febrero de 2011
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