*
Las palabras no pueden trastocar
el orden imperante de las cosas.
Tus palabras me llegan como agujas
que rompen nuestro nido.
Mis palabras deslizan una luz
en el mutismo de la noche.
No entiendo las palabras que me hieren
cuando sólo he entregado protección.
No entiendes el silencio del azar
porque todo es confuso con los móviles.
Todo era más sencillo
cuando sólo existían los teléfonos fijos.
Ana Muela Sopeña
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario