martes, 15 de febrero de 2011

LA CASA VACÍA

*
La casa permanece
vacía con la bruma de la tarde.

Allí la vida clama
por ser una intención hacia otro espacio,
pero
no
pasa
nada.

La soledad se ha afincado
en pasillos y armarios.

Los objetos retienen los instantes
que antaño fueron cuerdas,
punzadas del destino.

Ahora ya no están esas vivencias
y va muriendo el polvo
en el reloj de la nostalgia.

La casa permanece
sin latidos, ni flores, ni recuerdos,

tan sólo los olvidos necesarios
permiten que el salón
simule ser el fuego del hogar.

Y se van las imágenes
por un desfiladero,
se precipitan firmes
por los acantilados
del punto ciego...

La casa permanece
vacía como un túnel sin sentido
y la noche conjura
al alba
en sus intentos de ser luz.


Ana Muela Sopeña

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