*
Tu herida tan atávica y antigua
es mi herida también,
tú no estás solo.
Tu dolor sin historia ni pasado
es mi dolor también,
tú no estás solo.
Tus momentos de llanto silencioso
son mi llanto del alma,
no estás solo.
Tu nostalgia adherida a los espejos
es mi nostalgia triste,
no estás solo.
Tu lucha por la vida cada instante
es mi lucha también,
tú no estás solo.
Yo siempre te acompaño con la lluvia
y ya sabes
que tú...
no estás solo.
Ana Muela Sopeña
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