sábado, 12 de febrero de 2011

A VECES EL SONIDO

*
A veces el sonido del abismo
se encarama en silencio en una nube
y allí sabe escuchar la lluvia dulce
como escuchan las calles desde un niño.

A veces nuestra vida es una danza
y el deseo parece que nos tumba
con marañas que sólo el tiempo usa
mientras las horas llegan en su balsa.

Los caminos se llenan de pasión
que desliza al espacio de la noche
el rostro lisonjero de la luna.

Y sentimos que el mundo es puro amor
disuelto en el crepúsculo del bosque
que se alza sigiloso en la penumbra.


Ana Muela Sopeña

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