sábado, 12 de febrero de 2011

VENGO DE LA SOMBRA

*
Yo vengo de la sombra en el peligro
a definir el sueño del letargo,
a instaurar la belleza en el relámpago,
a beber de tu mar incandescente.

Yo vengo de la noche más atávica
a mover el enigma de la luna,
a dormir con tu doble en el espejo,
a gozar con tu cuerpo sin edad.

Yo vengo del océano infinito
a permitir que todo te dé luz,
a aliviar tu dolor en esta tierra,
a romper las señales escondidas.

Tú vienes de jornadas cotidianas
a mostrarme la vida rebosante,
a cautivarme entera con tus labios,
a iluminar mi gruta en tus pupilas.

Tú vienes de los años de ceguera
a rozarme entre sábanas de agua,
a seducirme siempre entre tu bosque,
a embriagarme desnuda con tu aliento.

Tú vienes del infierno de este mundo
a restaurarte siempre con mi lava,
a desearme sin máscaras de acero,
a provocar en mí un volcán de ónix.

Procuramos amarnos en silencio,
más allá de los árboles de nácar
en las inmediaciones de los siglos
en la mente de un dios que nos protege.


Ana Muela Sopeña

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