*
Una nube persigue mi nostalgia
en las plazas que saben de aislamiento
con la humedad del día y de la noche,
sobre los adoquines de lo inmóvil.
Los lugares se brindan a ser míos,
lo invisible se torna más visible...
la ciudad me despierta sensaciones
a través de las tiendas y los bares.
Hace frío y contemplo transeúntes
que vagan por aceras sin destino
en la distancia férrea de la vida.
Los geranios sonríen suavemente
y un gorrión pequeñito me hace señas
desde un balcón oculto a la mirada.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Per fortuna la nostalgia è una nuvola, il vento prima o poi arriva e il cielo torna a sorridere.
e ti sorrido anch'io
Aria,
siempre las nubes vuelven a sonreír porque nos miran desde su reino y nos hacen soñar.
Un beso
Ana
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