*
La mujer de la sombra amaba a un hombre
que soñaba con libélulas
a pesar de vivir en las raíces de las rocas sin voz.
Él vivía planeando el vuelo libre,
pero aún su mirada subterránea
lo anclaba en la materia.
La mujer de la sombra se durmió
en el cristal atávico del mundo.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Precioso, Ana. Tan metafórico...
Abrazos
Por un mecanismo, acaso, desquiciado de asociación, tu poema de desamor me ha llevado a la figura femenina de la narración de EA Poe, "El retrato oval".
Lienzos y libélulas transportan al reino de las sombras, definitivamente.
Un poema bello de dualidad inquietante.
Pere
Soco, es un placer verte por aquí.
Un beso
Ana
Pere, leeré ese relato. No lo he leído, pero me ha suscitado curiosidad. De E.A. Poe he leido muchas cosas, pero ese relato no.
Me encanta que el poema te haya gustado.
Un beso
Ana
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