*
Una piedra a lo lejos se hace agua
en la luz de un crepúsculo dormido.
El sendero que se abre en la distancia
marca con precisión las letras de la herida
con la caligrafía de los bosques.
Olvido de la arena
en el sol la añoranza
y una luna que sabe de la lluvia.
La avidez del paisaje
se abandona a ese llanto de la noche,
como roca que inicia el movimiento
hacia un río de lágrimas.
En la lengua que yace subterránea
el sollozo es más lánguido que el día.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Día de caligrafía, de enderezar la letra y ceñirla al renglón ¡con el cinturón en la mano! Terrible.
Beso Ana.
Gracias, Leticia, por pasar.
Un beso
Ana
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