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Nuestra historia nos une
como desconocidos en un tren.
La brisa nos recuerda
que somos la sorpresa
y pájaros de exilio entre las sombras.
Hay algoritmos ciertos y precisos
como esencias de luz
que nos hacen huir de los depredadores.
La partitura antigua
permite que tú viajes en una cofradía
a monasterios lúcidos
de la costumbre.
Pero los soñadores nos entregan palabras
de amatistas y ónix
que pronto rasgarán todas las sendas
con el polvo invisible
que nos lleve en raíles hacia el Norte.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Querida Ana:
Sí somos la sorpresa y el exilio.
Bello tu poema y sugerente!
Un abrazo:
Elsa.
Gracias, Elsa, por dejarme tu huella.
Un beso
Ana
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