*
Construyo cada noche un mundo abandonado
con la hiedra que ampara la belleza.
En el desierto aguardo tus mensajes
con palabras de fuego
y sombras adheridas a las casas,
con luz de los senderos en esa soledad
que avanza hacia lugares bien recónditos
con signos encriptados en las piedras
y amuletos antiguos.
Se oyen campanas que suenan con los ecos
de la ciudad que habita en nuestra piel.
Ana Muela Sopeña
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