miércoles, 25 de mayo de 2011

CUANDO CESA LA LLUVIA

*
I

Cuando cesa la lluvia estás ahí,
mirándome sin prisa,
desde un portal que invoca a la memoria.

II

De tu mano sonrío al universo
mientras la luz del agua
seduce con su ritmo a los tranvías.

III

Me amas aunque no quieras amarme,
te amo aunque no desee amarte,
hay algo que es más fuerte que nosotros.

IV

Miro la lluvia
tras el cristal de arena.
Todo es secreto.

V

Pienso en tu cuerpo amado por mis labios,
te recuerdo sin pánico a la soga.

VI

Me atas a tu luz de medianoche
cuando lo evanescente nos inunda.

VII

La belleza del loto nos atrapa
en un perfume abierto a lo asombroso.

VIII

Una letra de ámbar nos inquieta
por su oculto dolor de fuga y lava.

IX

Hay un murciélago
que planea en la noche
sobre mi cuerpo.

X

Tu dulce imagen
en visiones ocultas.
Pasión de signos.

XI

El universo
sueña con tu impostura
y mi destino.

XII

Mis dedos te recorren
en eclipses de luna, sal y lágrimas.

XIII

Tus ojos cálidos
en mis ojos de fuego.
Pétalos de agua.

XIV

Un pájaro de luz danza en la sombra
mientras su canto azul nos sincroniza.

XV

Luna de loto
un paisaje de lluvia.
Niebla en el aire.

XVI

Son tus misivas
consonantes del alba.
Quizás Neptuno.

XVII

Desolación
cuando la alondra canta
en su habitáculo.

XVIII

El árbol muere
mientras vemos la escarcha.
Todo es extraño.

XIX

En la añoranza
el olvido de todos.
Solos tú y yo.

XX

Son las palabras
refugio de la aurora.
Mi letanía.

XXI

Árbol de siglos
en tu cuerpo de luz.
Te doy mis ojos.

XXII

Luna de amor
en sonidos pequeños.
Lo diminuto.

XXIII

En la espiral
veo círculos blancos.
Quizás nos hablen.

XXIV

El viaje célebre
con mi copa vacía
entre tus piernas.

XXV

Sortilegios de luz en la orfandad,
conjuros castigados por el sol,
el secreto de un mundo imperceptible.

XXVI

La blanca luna
me columpia en sus cráteres de acero
para quererte.

XXVII

La diosa núbil
me inspira con su cáliz de palabras.
Todas son tuyas.

XXVIII

Una violeta
olvidada en la calle.
Lo inextinguible.

XXIX

Abrazos de agua
cuando tú me haces tuya sin hablarme.
El horizonte.

XXX

La diosa azul
en tu bolsillo.
El corazón del mundo en las tinieblas.

XXXI

Nostalgia apátrida
en el silencio sombra de la noche.
Túnel oculto.

XXXII

Un mirlo joven
en mi gruta soñada por los astros.
Respiración.

XXXIII

Cuando me gritas
sólo quiero escapar.
Sé suave y lúbrico.

XXXIV

Gotas de ónix
en tu cuerpo de lluvia.
Te sigo siempre.

XXXV

La golondrina
sumergida en la nube de algodón.
Caleidoscopio.

XXXVI

La luz nos ama
con sus brazos azules.
Viajamos juntos.

XXXVII

Un petirrojo
en la rama de ónix.
Música suave.

XXXVIII

La primavera
con su enigma de eclipses infinitos.
Vértigo y mundo.


Ana Muela Sopeña

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