jueves, 26 de mayo de 2011

DÓNDE SE ALOJAN LOS POEMAS

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.....Los poemas se alojan en muy diversos lugares. Debajo de las piedras, en los cristales de las ventanas, en los hilos de los botones de nuestra ropa, sobre los tejados de las casas, en los ojos de los gatos callejeros, en el llanto de los bebés. También suelen ocultarse debajo del tinte del cabello, entre el lienzo y la pintura al óleo de los cuadros que decoran nuestras casas, sobre los manteles, entre los cubiertos y los platos, en el jabón de la lavadora, sobre el plumaje de un petirrojo, debajo de la panza de un gatito siamés, sobre la arena de una playa cuando todavía no se ha llenado de turistas. Los poemas tienen afición igualmente por los aparcamientos de los coches, las marquesinas de los autobuses, las estaciones de metro, los aeropuertos, los bolsillos de las chaquetas grandes. Últimamente también ocupan casas abandonadas, oficinas de empleo, esquinas de mendigos, parques poco iluminados. A veces, hacen mudanza sin avisar y allí donde pensábamos que vivía un señor poema ya no vive. Entonces debemos preguntar a los vecinos del poema para saber dónde se ha ido a vivir. Frecuentemente los vecinos no están, así que entonces no nos queda otro remedio que preguntar a otros poemas para saber dónde se ha ido el poema que buscábamos y, por alguna razón desconocida, está ausente. En fin, que los poemas eligen lugares insospechados para vivir, porque las moradas habituales han sido saqueadas por instituciones que desean triturar a los poemas y luego comérselos. Algunas veces los poemas no están en ninguna parte ya que optan por hacerse invisibles y residir en el silencio...
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Ana Muela Sopeña

6 comentarios:

A. Elisa Lattke Valencia dijo...

Los poemas saben exactamente el lugar que necesitan en cada momento, cuando se nos enseñan de forma casual para darnos su alegría, pero sobre todo conocen quien les mima con la palabra para ofrecer contenidos importantes, atrayendo a sus lectores.

Un abrazo, Ana.

Elisa

Ana Muela Sopeña dijo...

Elisa, hacía tiempo que no sabía de ti.

Es un placer verte en mi espacio.

Un abrazo fuerte
Ana

Ío dijo...

Los poemas sólo necesitan un adentro que les quiera; intentar buscarlos en otra parte es tarea perdida.
Un abrazo, Ana, un beso

Ío

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Ío, por brindarme tu opinión. Este texto surgió loco, así...

Un beso
Ana

Ío dijo...

Y está bien que haya surgido así, loco, como tú dices.
Me gustó mucho.
Me pregunto dónde estarán todos los versos que escribo justo antes de dormirme, aquellos que sólo existen en mi cabeza; me los repito, para no olvidarlos y poder escribirlos al día siguiente.
Pero me despierto y ya no están, los busco y se fueron, dejándome ese vacío tan extraño que deja un poema, no nacido, al irse.
Muchas veces me levanto en mitad de la noche, y escribo, porque no quiero que se vaya a otro sitio, a otro adentro que no sea el mío, o al limbo de los poemas nonatos, inexistentes.
Gracias a ti, Ana,
un beso

Ío

Ana Muela Sopeña dijo...

Sí, este tema que planteas es muy interesante, Ío. La verdad es que los versos que no se escriben residen en algún lugar del universo a la espera de que alguien los escucha y puedan ser escritos. Porque la inspiración es como si alguien nos dictara ¿no? Más que poetas creadores a veces pienso que somos meros canales por donde la poesía que es preexistente ya era, ya vivír en algún lugar del universo.

Un beso
Ana