martes, 28 de junio de 2011

BOSTEZAN EN LAS CALLES

*
Bostezan en las calles
las sombras de la luna.

Un hombre solitario
se acerca a los umbrales del subsueño.

Los gatos
callejeros
deambulan a la búsqueda
de un hogar silencioso,
donde vivir sin miedo de los coches.

Bostezan las aceras
mientras nos disponemos a dormir
y la lluvia sorprende
a nuestros ojos ávidos de algas.

Bosteza la ciudad incandescente
mientras en dormitorios de suburbios
hay parejas que rozan con sus cuerpos el hálito de vida.

También hay individuos
que están muriendo ahora,
entre los engranajes de la urbe.

Funerarias se llevan a los muertos
en bolsas de basura,
en el mutismo críptico
que sabe ser indicio de algo más.

Bostezan los tejados
mientras tú sólo piensas en mi piel.

Bostezan edificios donde habita
la frustración de un mundo imprevisible
que vaga a la deriva
por caminos de droga y corrupción.

Bostezo en la penumbra
con un libro en las manos
y un cuaderno de luz
donde yo apunto
los rasgos caligráficos de todo.

Con las vocales únicas del orbe
escribo las historias del Big Bang,
en secuencias de arena.

Bostezan transeúntes
que sienten que están solos
en el enjambre incierto de la nada.

Una farola se rebela en la nostalgia
con su brillo de espacios intangibles.

Y vuelve el gato negro
a hablarme con pupilas enigmáticas
de las plazas desnudas
por la pérfida infamia de un fractal
que vive en la locura del reloj...


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Sarco Lange dijo...

A veces la vida es un único bostezo. Y la sensación es agria.

Abrz.

Ana Muela Sopeña dijo...

Sí, por ello hay que reinventarla.

Dicen que el tiempo es oro, es dinero, pero para mí el tiempo es arte.

Abrazos y saludos