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I
La ñ en su campaña sabe ser
como uña definida por la sombra.
II
Un ñandú volador
permite que una caña se adormezca
en el sueño perdido en las visiones.
III
El rebaño se inunda de beleño
para quitar los años a una anciana
y permitir que vuelva a la niñez
para ser dueña de la vida y de la muerte.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Muy bueno Ana, me hiciste sonreír. Besoso
Ja, ja....Son pequeños juegos que se me ocurren.
Un abrazo, amiga
Ana
Y es sólo nuestra, podemos hacer que baile, que nos sonría, como sonríen tus versos.
Me encantó II.
Un abrazo, Ana
Ío
Ja, ja, es un poema para sonreir...
Me encanta verte por aquí, Ío.
Un beso
Ana
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