sábado, 23 de julio de 2011

ALQUIMIA

*
El plomo nos molesta
y perseguimos liberarnos
de su toxicidad tan peligrosa.

Recibimos los mundos del estaño
que guardan suavemente los tesoros.

Entramados de hierro
sostienen elementos en sus átomos.

Nuestros ojos se orientan hacia el cobre
que busca lo amoroso en el regazo.

Y un mercurio tan dúctil
como incierto
nos abre percepciones a lo único.

En el árbol de plata
la belleza
de los astros que juegan como niños.

Y la Tierra del oro
abraza la canción del universo.


Ana Muela Sopeña

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