*
Una tormenta inesperada
me permite volver a la infancia
a través de cenizas que recuerdan a la sangre.
Papiroflexia del estío,
flores de seda
y una sonrisa que me alumbra
en la luz de tus ojos...
Mis caderas se mueven en el naufragio abierto
por el viaje abisal de las mareas.
Tu voz es territorio clandestino
que me aleja de todo
con un manto de niebla,
en la desnudez de las auroras.
Sortilegios de mundos
en infinito vértigo de nubes.
El olvido en la bruma
esboza las palabras del enigma
en la noche sin nombre.
Ana Muela Sopeña
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario