miércoles, 31 de agosto de 2011

EL PRESAGIO VELABA

*
El presagio velaba
los enigmas de fuego.

El barro primigenio
deslizó su secreto
por el acantilado de los lobos.

La dulzura del eco de su voz
ya no dejaba ver la soledad sin nombre.

En medio de la tierra
un duende se escondía
de las miradas de los otros
en cofres de obsidiana.

Una mujer evanescente,
conectada a las nubes a través del espejo,
sabía de los mundos imbricados
en la sombra dormida en laberintos.

Era inútil viajar
más allá de los límites del tiempo.

El tiempo y el espacio se unían en las líneas
de un universo paralelo.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Julio Dìaz-Escamilla dijo...

Me ha cimbrado encontrarme la piedra de Obsidiana puesta en tu engarce de versos, realmente inapreciable para las emociones de este lector.
Un abrazo.

Ana Muela Sopeña dijo...

Siempre, de los cofres de obsidiana salen secretos que cambian la vida de los humanos y de los duendes.

Me alegra que ese cofre pulse en ti algunos sentires.

Un abrazo
Ana