*
Las palabras se unen
cuando el alba se abre
a los pétalos de agua en el temblor.
Una gota de lluvia se rebela
al decidir ser algo
en la inmensidad de la galaxia.
Los silencios se rasgan
en crepúsculos negros,
cerrados al instinto de la luz
Partículas de tierra se someten
al olvidar ser parte de la diosa
en lo microscópico anterior
a la aparición del adn.
La vida primigenia
enlaza los volcanes con el fuego
de sílabas en cálices de plata.
Y allí, esperando el Aleph,
en la sombra dormida de los árboles,
un hombre va plasmando el universo
en
signos
sobre
piedras,
en el umbral que lleva a los espejos,
como si fueran runas
resonando en los mundos extinguidos.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Magnífico. Una pregunta, tiene que ver este "aleph" con la primera letra del alefato hebreo?
Saludos
Sí, es la primera letra del alefato hebreo. El principio creador, el origen, el inicio de todo...
Un beso
Ana
Ir en la sombra de los árboles esculpiendo palabras y sentires; dejando huellas de historia y porvenires. ¡Abrasador tu poema!
Un abrazo.
Me encanta, Julio, que el poema te haya gustado.
Un abrazo
Ana
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