sábado, 8 de octubre de 2011

COMO UN ÁRBOL DESNUDO

*
En la distancia siento que estás cerca
en las memorias infinitas,
con imágenes suaves
que duermen en relojes del otoño.

Caen las hojas despacio
sobre la incertidumbre de la herida.

A través de los ángeles de fuego
te busco en los resquicios de la infancia,
mientras tú te presentas vencedor
en el silencio extraño de la noche
como un árbol desnudo,
sin raíces.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

Darío dijo...

También habla de árboles pelados!!! Hermoso!

Ana Muela Sopeña dijo...

Leeré ese autor que estás leyendo. Me parece interesante.

Besos

Julio Dìaz-Escamilla dijo...

Ejerciendo el derecho de Lector, he sentido alzada la figura de tu padre en este poema. Puedo estar equivocado, lo sé. Pero me quedo con esta imagen.
Un abrazo.

Ana Muela Sopeña dijo...

Curioso, no pensé en mi padre al escribir estos versos, pero podría aplicarse ¿por qué no? Para mí la infancia es atemporal. Todos la buscamos en todas las etapas de nuestra vida. Es la infancia un lugar intemporal que queda en nuestra memoria grabado como en un álbum de fotos antiguas. Allí sabemos que la vida tiene futuro, que la seguridad es absoluta, que aún no manejando dinero teníamos de todo o al menos las cosas básicas para supervivir...

Después, al abandonar la infancia ella queda latiendo en nuestro interior y nos anima a iniciar un viaje de autodescubrimiento.

Abrazos
Ana