lunes, 24 de octubre de 2011

ESCUCHO

*
Escucho cada noche
tu deseo silente en la ventana.

Somos ya como estatuas
que albergamos enigmas en espejos
con el bronce dormido en la penumbra.

Tú eres esa luz que busca mi mirada.

Yo soy ese pilar de tu existencia
que anida con palabras tu soledad sin nombre.

Somos los hijos de la sombra.

El desprestigio acecha en las esquinas.

Tus labios son los labios que me besan.

Las máscaras del mundo nos persiguen.

Yo tengo sed de ti cada momento.

Un árbol seducido por la brisa
nos presenta la lluvia y nos libera.

Estás anestesiado con ese cloroformo
que toman los anónimos en las habitaciones de suburbios.

Somos respiración del universo
y somos uno solo.

Pero también nosotros,
esos desconocidos que viajan sin billete
en
el
tren
de
la
ausencia,
olvidamos a veces...


Ana Muela Sopeña

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