*
A veces un arpón hiere al amado
y luego ya no es nunca como antes,
se siente lejanía en la mirada,
el tacto se hace áspero, la belleza se extingue, todo es nulo.
Yo soy ráfaga viva, creadora,
sólo quiero lo cálido en mi respiración y en mis espacios.
No me importa el destierro
si vibro en la verdad de cada hora.
Las tormentas de hielo
no me causan temor aunque me dañen.
El invierno es la simple transparencia,
rumor de olas blancas
y las curiosas plumas de las aves.
Un cuervo acecha siempre,
pero guardo doblados los papeles
en mi bolsillo negro de la infancia.
Ana Muela Sopeña
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
8 comentarios:
Una ráfaga de emociones y sentires, también son tus poemas.
Un abrazo.
Un poema gran.
Pere
Eres luz que nos ilumina, y la luz siempre es poderosa.
Un abrazo, querida amiga.
Viniendo de ti esta afirmación la aprecio más, si cabe.
Un abrazo
Pere,
tu paso por mis letras siempre es una gran alegría.
Gracias
Un beso
Ana
Perfecto:
Qué bien, ser luz para poetas como tú...
Un abrazo, amigo poeta
Ana
...bolsillo negro de la infancia.
Ana, siempre grato visitarte, y maravillarme con la hermosura de tus letras, Nahuel.
Gracias, Nahuel, por pasar...
Un beso
Ana
Publicar un comentario