martes, 15 de noviembre de 2011

AMANTES DE LA ROSA

*
Somos en la penumbra
anónimos amantes de la rosa.

Nos bañamos sin tiempo
en los espejos híbridos del mundo,
en visiones de lagos
donde nuestras miradas se confunden
con la belleza primigenia de los cuásares.

Abrazamos la luna
en imágenes ebrias de caricias.

Besamos asteroides
siempre que los relojes nos invaden.

Viajamos a los púlsares
a través de latidos supersónicos
que nos llevan a otra dimensión.

En nosotros se mezcla
el instinto animal y la fusión
con estrellas de hidrógeno y de helio.

Estamos en proceso
de convertir al macho, primate y primitivo,
en un humano abierto a la luz cuántica
y a la hembra celosa, sin forma ni destino,
en humana que capta los umbrales
de las frecuencias de los quarks.

¿A dónde van los hombres
guiados por los átomos antiguos?
A descubrir la luz dentro de sí
desafiando al código marcado
en sus genes dormidos.

¿A dónde se dirigen las mujeres
guiadas por bariones y protones?
A conformar la sombra
depurada y sin mácula de sombra
en su adn arcaico.

A través de aventuras siderales
esta pareja cósmica se integra
en la línea evolutiva que yace subterránea
en el centro galáctico.

En la cartografía de la estrella
habitan los archivos de memoria
de la Tierra despierta.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

poessia dijo...

Precioso poema, Ana. Te pierdes en la inmensidad cósmica y humana. Un abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Raúl, me encanta verte por aquí.

Un beso
Ana