viernes, 11 de noviembre de 2011

DE LO ÍNFIMO AL MACROCOSMOS (Reeditado)

*
Soy quark,
abierto a los misterios de la vida
tejido con materia tan minúscula
que parece invisible.
Me siento sumergido
en el cuántum desnudo del espacio.

Soy un barión aislado,
amarrado a los pulsos silenciosos
del enigma intangible.

Soy un protón abierto a la memoria
y con mi carga eléctrica
voy creando universos poco a poco.

Soy átomo de mundos encriptados
en un cosmos alegre.
Mi realidad es algo indescifrable
que no posee nombre.

Soy célula divina
con mi núcleo perfecto y rebosante
de vida manifiesta.
Con ribosomas ebrios de sentido
y membrana serena.

Soy tejido cardíaco que busca
el pulso renovado de los astros
y las constelaciones infinitas
para seguir latiendo suavemente.

Soy ese corazón libre, amoroso
que se entretiene siempre con un pétalo,
la sonrisa de alguien, tus palabras,
y todos los que lloran en la Tierra.

Soy un cuerpo perfecto de varón.
Perfecto porque emana la energía
del campo inagotable universal.

Soy mi nación completa
que vive el entramado de la Tierra
luchando por vivir y por ser próspera
a pesar de las trabas
de algún Alien oculto.

Soy todo el continente de belleza
que me ampara en sus ríos y en sus valles,
volcanes, fallas, lagos y torrentes.
Se diluyen fronteras en las aguas
y en las almas erráticas.

Soy el planeta Tierra,
soy Gaia, soy el dios desconocido
que respira sin pausa
con el centro galáctico en su reino.
Soy nave de los sueños
a la consecución de la Hermandad.

Soy
el sistema solar con sus planetas,
sus órbitas y eclipses,
sus satélites lúdicos de amor,
su movimiento eterno, sin nostalgia.

Soy la Vía Láctea
que se expande sin pausa
a ritmo eonario.
Que me ama y nos ama en vibración
con la frecuencia áurica del número.

Soy
cúmulo de galaxias
que danzan por el cosmos sin censura
con la energía cuántica
de la materia extraña
y de la antimateria.

Soy universo en júbilo
en expansión de tiempo inmemorial.

Soy un ser pequeñito
inmerso va mi cuerpo,
mi espíritu de luz y mi otro yo
en el Multiuniverso
encriptado en la mátrix...

Soy el cosmos
que entona la canción
de la octava galáctica,
que danza entre la música estelar
y baila con los seres de la Luz.

Soy el Todo en mi viaje al infinito.

Soy la Nada vibrante en otra nada.

Y soy el devenir
viajando de lo ínfimo
al macrocosmos dúctil e infinito
donde todos navegamos
hacia el despertar
de nuestra esencia sideral.


Ana Muela Sopeña


*****

DE LO ÍNFIMO AL MACROCOSMOS (Reeditado)

Soy quark,
abierto a los misterios de la vida
tejido con materia tan minúscula
que parece invisible.
Me siento sumergida
en el cuántum desnudo del espacio.

Soy un barión aislado,
amarrado a los pulsos silenciosos
del enigma intangible.

Soy un protón abierto a la memoria
y con mi carga eléctrica
voy creando universos poco a poco.

Soy átomo de mundos encriptados
en un cosmos alegre.
Mi realidad es algo indescifrable
que no posee nombre.

Soy célula divina
con mi núcleo perfecto y rebosante
de vida manifiesta.
Con ribosomas ebrios de sentido
y membrana serena.

Soy tejido cardíaco que busca
el pulso renovado de los astros
y las constelaciones infinitas
para seguir latiendo suavemente.

Soy ese corazón libre, amoroso
que se entretiene siempre con un pétalo,
la sonrisa de alguien, tus palabras,
y todos los que lloran en la Tierra.

Soy un cuerpo perfecto de mujer.
Perfecto porque emana la energía
del campo inagotable universal.

Soy mi nación completa
que vive el entramado de la Tierra
luchando por vivir y por ser próspera
a pesar de las trabas
de algún Alien oculto.

Soy todo el continente de belleza
que me ampara en sus ríos y en sus valles,
volcanes, fallas, lagos y torrentes.
Se diluyen fronteras en las aguas
y en las almas erráticas.

Soy el planeta Tierra,
soy Gaia, soy la diosa incorruptible
que respira sin pausa
con el centro galáctico en su reino.
Soy nave de los sueños
a la consecución de la Hermandad.

Soy
el sistema solar con sus planetas,
sus órbitas y eclipses,
sus satélites lúdicos de amor,
su movimiento eterno, sin nostalgia.

Soy la Vía Láctea
que se expande sin pausa
a ritmo eonario.
Que me ama y nos ama en vibración
con la frecuencia áurica del número.

Soy
cúmulo de galaxias
que danzan por el cosmos sin censura
con la energía cuántica
de la materia extraña
y de la antimateria.

Soy universo en júbilo
en expansión de tiempo inmemorial.

Soy un ser pequeñito
inmerso va mi cuerpo,
mi espíritu de luz y mi otro yo
en el Multiuniverso
encriptado en la mátrix...

Soy el cosmos
que entona la canción
de la octava galáctica,
que danza entre la música estelar
y baila con los seres de la Luz.

Soy el Todo en mi viaje al infinito.

Soy la Nada vibrante en otra nada.

Y soy el devenir
viajando de lo ínfimo
al macrocosmos dúctil e infinito
donde todos navegamos
hacia el despertar
de nuestra esencia sideral.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

Marisa León Álvarez dijo...

He sentido el poema con una gran vibración, será por el 11.11.11, a saber!

Qué poesía más maravillosa, Ana.

Ana Muela Sopeña dijo...

De eso se trata.

La vibración...

Un beso, amiga
Ana

Iván Sastre Ruiz dijo...

Enganchado a tus poemas,sobre todo a los del despertar cuántico.
Sigue siendo luz Ana.
Iván.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Iván, por tus palabras generosas y bellas.


Abrazos
Ana