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Las espirales ruedan hacia atrás
en nuestros cuerpos de luz.
Revertimos el proceso
del envejecimiento y de la muerte
con la respiración acompasada
y girando las líneas en las células
en el sentido opuesto
a las agujas del reloj.
Las espirales mutan desde el gris
hasta el violeta claro
y dotan de energía
a los centros sin tiempo de adn.
Existe un adn prehistórico,
con anclajes de lucha y de poder,
pero hay otro adn
que proviene de Andrómeda y de Sirio
que busca la canción de la Octava Galáctica
en sus latidos blancos de belleza.
Sintonizamos nuestro dial
con la estrella que sabe de la luz
y orienta nuestros pasos
hacia púlsares suaves desde el sueño.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Qué maravilla Ana. Tus poemas me relajan y me hacen reflexionar. Ninguno me deja indiferente y este menos. Un abrazote
Gracias, Tino, por acercarte a mi espacio.
Un beso
Ana
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