*
I
Cuando sabes que el barro
emana por los verbos de la herida
y las serpientes encantadas
aparecen por todos los rincones,
en rostros de mujeres entre hiedra,
un relámpago azul lo cambia todo.
II
Los muros de mi alma
contienen paraísos de otro tiempo
en moléculas frías.
III
Lagunas de belleza inmarcesible
permiten que la luna
deje ver sobre el agua una gran cima
con vírgenes de nieve.
IV
Los espejos de sombra me subyugan
y un tobogán de niebla
intuye a los amantes.
V
La mujer visionaria
tiene una rosa blanca en su bolsillo.
Ana Muela Sopeña
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