*
En la luz te recuerdo por las noches
con alambres de sombra en las guaridas
que danzan como cuerdas en invierno.
El sonido del agua
nos lleva hacia palabras de temblor
que contemplan la lluvia
desde un rincón oscuro en la memoria.
La nieve de los sueños
descubre la ceniza entre las manos.
Somos la sangre antigua y sideral,
arcaica en su latido primigenio.
La medicina atávica
nos deja en desnudez, casi en los huesos.
Ana Muela Sopeña
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