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El alma de los árboles
camina con transeúntes
en mañanas de lluvia.
En noches infinitas
los cráteres lunares se ven en lejanía
como frágiles copas de las diosas.
Mi apetito insaciable
es como agua que se mezcla con gravilla
en suspiros y engaños entre verbos.
Los nudos se oscurecen
y cabalgan por bosques
como papiroflexia de lo turbio.
La belleza se apaga
con los hombres que buscan entre siglos
la desnudez que luego es sólo muerte...
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Ana, un poema profundo y meláncólico que desborda del pensamiento, a través de ese sendero de árboles que es el alma del paisaje.
Por un momento al leerte me ha recordado esos versos de Antonio Machado que dicen así... "Yo voy soñando caminos de la tarde"
Te envío mis saludos poeta.
Hola, es un placer recibirte entre mis versos, poeta.
Una alegría saber que estos versos te han gustado y si te han recordado a Antonio Machado sólo puedo sentir un profundo agradecimiento a tu lectura. Me encanta Machado...
Un saludo
y feliz Año 2012
Ana
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