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Licantropía urbana
en callejones turbios,
ocultos a la luz de la belleza.
Ojos de lobos
que se tejen con fieras en los hombres
de la ciudad sin horas.
Los aullidos se oyen a distancia
en las plazas que buscan la condena,
por tantos tiempos de relojes ebrios.
Hay mujeres que lloran en ventanas
junto a lunas de mundos invisibles.
Hay corazones rotos
esperando que todo se haga de agua,
para que resurjan los espejos.
En la melancolía de la niebla
hay un lobo que sabe de guaridas
en el aire escondido de la noche.
La ciudad se refugia
en la licantropía soterrada
que habita en las aceras del silencio.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Retomo el hábito de comentar tu producción; no diré "leer" porque siempre lo hago. La buena poesía siempre estará cerca mío, y la tuya lo es. Vuelvo pues a acompañarte con la palabra escrita para apoyar, aplaudir y estar.
Un abrazo.
Gracias, Julio. Saberte lector y saber que analizas mis letras es alegre para mí.
Un abrazo
Gracias por estar
Ana
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