*
La orfandad se recrea con las horas
en el murmullo abierto a lo posible
que huye del silencio en las calles de lluvia.
Las farolas conocen la belleza
en las luces amadas de la infancia
y un mendigo olvidado,
en plazas invisibles,
atrapa el firmamento,
en la desolación de un mundo extraño.
Los coches en secreto
van soñando
el sueño detenido de los vientres.
Palomas enredadas en la niebla
se quedan esperando,
en la luminiscencia de la tarde.
La red busca el fulgor
de los días ocultos en el metal de agua.
Unos ojos seducen
mientras en el relámpago
el viento de la noche se relaja.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Que bonito es volver. No me gusta irme por largo tiempo porque me quedo atrasado contigo que escribes tanto. Bello, sobra decirlo.
Saludos, Nahuel.
Ana, que triste, pero que belleza transmites corazón. Sabes recoger sentimientos y desparramarlos hacia nuestra entraña.
Besos y feliz navidad, cielo.
Gracias, Nahuel, es siempre un placer verte por mi espacio.
Un saludito
Ana
Merche, felices fiestas también para ti.
Un beso
Ana
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