miércoles, 14 de diciembre de 2011

A VECES UN ADIÓS

*
A veces un adiós
se parece a la muerte.
Se entrelaza con lunas de papel
y se arroja con fuerza
por los acantilados de los lobos.
En la licantropía de la bruma
las palabras se tornan nubarrones
y se diluyen siempre
en las gotas de lluvia de un conjuro.

A veces un adiós
se parece al diablo más abyecto,
pero la sal libera a los espíritus
que salen de sus tumbas sin plegarias.

A veces un adiós
es sólo un hasta luego, pero nunca se sabe.

Las heridas no paran de sangrar,
pero el alma conoce sus lecciones
y sigue en el camino
aprendiendo hermandad en la llovizna,
en las grutas de lodo,
aunque todo parezca
absurdo
y sin sentido...


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Marian Raméntol dijo...

Los poemas siempre cobran sentido cuando vencen la gravedad, y éste es sumamente ingrávido.

Un beso, Ana, y aprovecho para desearte felices fiestas!

Marian

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Marian, por venir.

Felices fiestas también para ti.

Un beso
Ana