domingo, 29 de enero de 2012

SEDUCÍAN CON AULLIDOS

*
En la tierra la voz
se hacía necesaria por las noches.
Los túneles de acero
intentaban abrirse hacia las nubes.

Cada vez que el asfalto se quebraba
los hombres seducían con aullidos
al futuro inmediato.

En la seguridad de la rutina
la gente se dormía cada hora,
hasta que un grito agónico de niebla
los despertaba en el relámpago.


Ana Muela Sopeña

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